El consumo excesivo de azúcar puede aumentar el riesgo de muerte cardiovascular, y no solo obesidad y diabetes.
Es la conclusión de una investigacióno que alimenta los pedidos para que el gobierno de Canadá empiece a regular en materia de políticas alimenticias relacionadas con el azúcar.
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El consumo en exceso de azúcar no sólo lleva al sobrepeso sino también a la muerte prematura. Un estudio norteamericano llegó a la conclusión que las personas que obtienen más del 15% de las calorías diarias a partir de azúcares agregadas duplican el riesgo de muerte cardiovascular, en comparación con aquellas que consumen menos del 10% de las calorías de azúcares. Esos azúcares están no solo en gaseosas sino en jugos, tortas y golosinas, entre otros productos.
El estudio fue publicado en la revista especializada JAMA, de la Asociación Médica Estadounidense, y sirvió para redoblar la atención sobre los riesgos cardiovasculares: produce 17 millones de muertes por año, un 30% de la mortalidad global. El consumo de tabaco el sedentarismo, el consumo nocivo de alcohol y sal, y el nivel alterado de glucemia e hipertensión no controlada eran considerados los factores de riesgo evitables para las enfermedades cardiovasculares. Ahora, se sumaría el consumo nocivo de azúcar agregado.
En este y otros estudios se detectaron que para una persona que ingiere 2 mil calorías al día (el promedio de un adulto), sólo bastan 1 lata y media de gaseosa diaria para que se incremente sustancialmente su riesgo de muerte cardiovascular.
La Dra. Laura Schmidt de la Universidad de California, coautora del estudio.
Lo que sabemos es que altas dosis de azúcar de forma regular impactan los sistemas naturales de la regulación del equilibrio hormonal y el equilibrio metabólico en nuestros cuerpos.
Michael Moss es el autor de un libro que examina la ciencia y la política regulatoria alimentaria alrededor del azúcar. Él dice que las preocupaciones sobre el azúcar están cobrando impulso.
Ahora los defensores de los impuestos al azúcar y los controles de azúcar tienen un nuevo argumento y es esta vinculación con la enfermedad cardíaca mortal.
En Canadá, el Dr. Yoni Freedhoff dice que cualquier tipo de regulación del azúcar es poco probable que ocurra por el momento.
Nuestro gobierno no hace nada cuando se trata de nutrición…
Freedhoff es un experto en obesidad de la Universidad de Ottawa. Él dice que el Gobierno debería seguir el ejemplo de un número creciente de países que cobran impuestos a los productos azucarados.
Si queremos disfrutar de la medicina socializada como la que tenemos en Canadá se necesitarán hacer cambios que desplacen los patrones de consumo dietético para tratar de minimizar el impacto de la dieta en la enfermedad crónica en este país.
El Instituto Canadiense del azúcar, que representa a los fabricantes de azúcar, dice que en promedio los canadienses obtienen sólo un 11 por ciento de las calorías con el azúcar.
Pero ya nadie se atreverá a negar la evidencia cada vez más amplia de una relación entre el azúcar y la obesidad, con la diabetes y las enfermedades del corazón.
Una afirmación que desafiará a un número creciente de investigadores.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcar agregado no supere el 10 por ciento de la incorporación total de calorías en la alimentación de una persona. Esto equivale a un máximo de ocho sobrecitos diarios de azúcar. Sin gaseosas, ni jugos….ni golosinas.
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