Un trabajador temporal extranjero dice que él y sus colegas tuvieron que trabajar en la provincia de Columbia Británica durante cientos de horas sin remuneración, bajo la amenaza constante de ser deportados.
El israelí Anton Solovyov trabajaba para una compañía dirigida por un hombre llamado Mordejai Dor, cuya esposa, Anna Lepski es la dueña del comercio. La pareja tenía puestos de venta de aparatos de masaje y productos de salud en el Gran Vancouver y en la Isla de Vancouver, incluyendo la localidad de Nanaimo, donde Anton Solovyov trabajaba.
Inmigración de Canadá considera que el joven israelí de 25 años corresponde a la categoría de «víctimas de trata». Su ex supervisor, Azi Quizel es objeto de una investigación policial por proferir amenazas.
Varias agencias del gobierno están al tanto de las prácticas de la empresa desde hace meses. A pesar de ello, el ministerio de trabajo de Canadá no ha revocado su permiso de trabajo cuando las acusaciones salieron a la luz, y la compañía continuó anunciando sus ofertas de trabajo.
Llegado de Israel
Solovyov le contó al equipo del programa Go Public de la radio inglesa de radio Canadá, CBC, que había respondido a un anuncio para venir a Canadá en septiembre de 2013 , en busca de un futuro mejor. Después de una conversación con su empleador de Columbia Británica, éste le indicó al joven de 25 años que tenía que pagar su vuelo en avión a Vancouver a un costo de 1 900 dólares y mentir a funcionarios de fronteras , haciéndose pasar por un turista .
Las reglas del Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales ( PTET ) estipulan que son los empleadores los que deben cubrir los gastos de viaje de los extranjeros que traen.
A su llegada a Canadá, Anton Solovyov afirma que un supervisor nombrado Azi Quizel fue llevado de inmediato junto a otras cuatro personas a una casa en Nanaimo, donde el supervisor presuntamente les dijo que tenían que vivir.
De acuerdo con el trabajador, a él y sus colegas se les dijo que podían trabajar de forma ilegal, o pagar 500 dólares más para una visa de trabajo, lo que él eligió hacer.
Salario disminuido por ‘multas’
El dictamen sobre el mercado de trabajo – una evaluación del gobierno que necesitan los empresarios para justificar su uso del TFW – dice que los extranjeros debían ser pagado 13 dólares la hora y 21 por cada hora extra. Talones de pago muestran que Anton Solovyov y otros no recibieron un salario por hora.
«Después que hubiéramos aceptado todo, Azi Quizel nos dijo: »Escuchen muchachos, se trabaja a comisión. Si no les gusta, podrían ser deportados. Podría cancelar sus licencias», afirma Anton Solovyov.
Según Soloniov, a los empleados se les prometió que recibirían el 25% de cada venta, pero los días de pago se encontraron con que el empleador les descontaba 225 cada dos semanas de alquiler y «multas» aplicadas arbitrariamente. Los registros muestran que en una quincena, Anton Solovyov y otro empleado perdieron más dinero en multas que lo que han ganado en salarios, por lo que terminaban debiéndole 300 dólares a su empleador.
Amenazas de muerte
Solovyov relata que se informó y que advirtió al supervisor Azi Queziel que alertaría a la división provincial de las normas laborales. En ese momento, dijo, Azi Queziel se enojó mucho. Según Anton Soloniov, Quizel también le dijo que iba a traer a alguien a Nanaimo para que lo matara.
Solovyov fue entonces a la Real Policía Montada de Canadá (RCMP). Agregó que mientras se encontraba en la estación de policía, un hombre que hablaba hebreo lo llamó para decirle que venía a meterle una bala en la cabeza.
Según el joven, la policía registró la llamada y se fue al centro comercial buscando al supervisor, que había desaparecido. La RCMP confirmó a Go Public que hay actualmente una investigación sobre las amenazas en curso.
Empleados expulsados del país
Desde entonces, Ciudadanía e Inmigración de Canadá ha emitido una orden de deportación para nueve israelíes que trabajan en los quioscos del centro comercial. Las autoridades les ordenaron salir del país por trabajar de manera ilegal, por violar los términos de sus visas o por haber trabajado en el lugar equivocado.
El equipo de Go Public de Radio Canadá-CBC encontró que algunos de sus quioscos de negocios están abiertos en centros comerciales. Una trabajadora extranjera, que dice venir de España, se hizo cargo de al menos uno de ellos.
CBC le preguntó al Ministro de Empleo, Jason Kenney por qué su departamento no ha revocado la licencia concedida a la empresa, cuando las acusaciones salieron a la superficie en diciembre.
«Creo que estamos mejorando el cumplimiento de las reglas», dijo el ministro. «Si veo evidencia de fraude en los compromisos asumidos por los empleadores respecto al respeto de las reglas , voy a llevar el caso a la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá para que examine una posible investigación criminal. »
La oficina del ministro Kenney dijo más tarde que el empleador de Solovyov es ahora objeto de una investigación. «Empleo y Desarrollo Social de Canadá no autorizará la contratación de ningún trabajador temporal extranjero por este empleador , mientras la investigación esté pendiente «, dijo un portavoz de la oficina del ministro.
Otros dos trabajadores se unieron a Anton Solovyov para presentar una denuncia ante las autoridades provinciales, pero han regresado desde entonces a su país.
Debido a la gravedad de las acusaciones en contra de su empleador, el ministerio de Inmigración le concedió a Anton Solovyov un nuevo permiso de trabajo durante seis meses.
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