Des manifestants en colère saccagent les locaux du parti du premier ministre Recep Tayyip Erdogan à Soma.

Turcos encolerizados destruyen los locales del partido del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan en Soma.
Photo Credit: PC / Emrah Gurel

En un clima de indignación Turquía entierra a mineros muertos

Los nombres de las victimas del trágico accidente ocurrido en una mina de carbón en Soma, Turquía, fueron leídos este jueves por los altavoces mientras las excavadoras cavaban fosas comunes en esa localidad minera turca.

Mientras tanto, miles de manifestantes se congregaron en las principales ciudades, a medida que el luto se transformaba en indignación y cólera tras el peor accidente industrial del país.

Hace casi 48 horas un incendio cortó la electricidad, cerró los conductos de ventilación, paralizó los ascensores y dejó atrapados a decenas de mineros bajo tierra.

Los equipos de rescate continúan tratando de ingresar a partes de la mina de carbón en Soma, a unos 480 kilómetros al suroeste de Estambul, mientras disminuyen las esperanzas de rescatar con vida a unos 100 mineros que se cree continúan atrapados en los socavones.

Al menos 282 mineros murieron, la mayoría por inhalación de monóxido de carbono.

Un sentimiento de indignación y cólera se ha extendido rápidamente en un país que se benefició de una década de crecimiento económico rápido bajo el gobierno del primer ministro Tayyip Erdogan, de orientación islamista. Sin embargo, Turquía sigue siendo un país con los peores niveles de seguridad laboral del mundo.

La población encolerizada rodeó el vehículo donde viajaba Erdogan y lo zarandeó este miércoles cuando recorría la ciudad, por lo que considera una actitud de tolerancia del Gobierno hacia los magnates mineros, su fracaso a la hora de garantizar la seguridad laboral y la falta de información sobre los trabajos de rescate.

Cuatro sindicatos turcos convocaron a una huelga nacional de un día, en protesta por lo que consideran como un profundo deterioro en las condiciones de trabajo desde que las antiguas minas estatales, como la de Soma, fueron privatizadas.

Miles de personas protagonizaron una protesta pacífica en Estambul, con pancartas con que decían «No es un accidente, no es el destino, es asesinato», y «Nuestros corazones arden en Soma».

La policía usó cañones de agua para disolver una manifestación en Esmirna, el lugar más cercano a la ciudad de Soma, y hubo reportes de protestas en las ciudades de Mersin y Antalya.

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