Las grietas comienzan a aparecer en el cemento de la coalición gobernante en Israel, mientras que las tensiones con Hamas en Gaza amenazan con convertirse en un conflicto más amplio.
Avigdor Lieberman, ministro de Relaciones Exteriores y líder del partido ultranacionalista Yisrael Beitenu («Israel Nuestra Casa»), anunció el lunes que recuperaba su independencia vis-à-vis el partido Likud del primer ministro Benjamin Netanyahu, con quien formó un coalición parlamentaria.
Lieberman y Netanyahu no pueden ponerse de acuerdo sobre la forma de responder a la violencia en Gaza, que experimenta un resurgimiento desde el secuestro mortal de tres adolescentes israelíes y un adolescente palestino.
Conocido por su franqueza y su antipatía hacia las negociaciones de paz, Lieberman reclama el lanzamiento de una importante operación contra Hamas en Gaza.
«Nuestra realidad cotidiana es la presencia de cientos de misiles en manos de una organización terrorista que puede decidir utilizarlos en cualquier momento y eso es inaceptable», dijo Lieberman, llamando a la reocupación de la Franja de Gaza, de la que Israel se retiró en 2005.
Por el contrario, Netanyahu cree que hay que mantener «la cabeza fría» y evitar toda operación militar intempestiva. Y se comprometió a «hacer todo lo necesario para restablecer la paz y la seguridad. »
Esta voluntad de Lieberman a distanciarse del partido del primer ministro podría ser interpretado como una estrategia electoral para atraer a los votantes de la derecha que votaron por la Patria judía, otro partido ultranacionalista.
Con el objetivo de formar una coalición conservadora dominante en el parlamento, los partidos de Netanyahu y Lieberman habían formado una lista conjunta en las elecciones parlamentarias en 2013, pero el resultado de la elección se reveló por debajo de las expectativas. «La verdad es que esta alianza no funcionó para la elección ni después», dijo Lieberman.
A pesar de esta ruptura, Lieberman asegura que se mantendrá en el gobierno.
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