Pese a los pedidos de Naciones Unidas de un alto el fuego, Israel decidió proseguir con su ofensiva en Gaza, declarando que en pocos días más conseguirá destruir todos los túneles transfronterizos utilizados por la resistencia palestina.
La creciente cifra creciente de palestinos civiles muertos por las acciones del ejército israelí ha causado una ola de alarma y condena internacional.
El gabinete de seguridad del primer ministro, Benjamin Netanyahu, aprobó este miércoles continuar con el asalto lanzado el 8 de julio con el argumento de poner fin a los ataques con cohetes lanzados desde Gaza. Israel también envió una delegación a Egipto, país que ha estado intentando mediar en un alto el fuego, con el apoyo de Estados Unidos.
Signo de que el conflicto podría agravarse, las autoridades militares israelíes anunciaron la convocatoria a unos 16.000 reservistas para reforzar sus tropas en operaciones.
Las autoridades en Gaza informaron que al menos 1.361 palestinos han muerto y que cerca de 7.000 personas resultaron heridas a causa de la ofensiva. En el lado israelí, unos cincuenta y seis soldados perecieron en los enfrentamientos en Gaza y más de 400 han resultado heridos. Hasta el momento, un total de tres civiles murieron en los ataques palestinos contra Israel.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, reaccionó con indignación este miércoles ante la muerte de por lo menos 15 palestinos cuando una escuela que funcionaba como refugió bajo la protección de la ONU fue alcanzada por los disparos de un tanque israelí.
Horas más tarde, en las cercanías de Shejaia, otros 17 palestinos murieron mientras se encontraban en un mercado tras un ataque de la artillería israelí, informaron funcionarios palestinos.
Los asaltos israelíes por tierra, precedidos de advertencias masivas exigiendo el desalojo de las viviendas, han desplazado a más de 200.000 de los 1,8 millones de palestinos en Gaza. Las infraestructuras del pequeño territorio se encuentran en ruinas, con cortes de electricidad y agua.
Israel dice que está intentando evitar víctimas civiles y acusa a Hamas y a otras facciones palestinas como responsables de esas muertes.
Ambas partes han mostrado disposición para una tregua pero existe una gran brecha entre sus demandas.
Las autoridades de Gaza quieren la suspensión del bloqueo israelí impuesto a su territorio mientras que Israel demanda que Gaza se deshaga de sus túneles y sus cohetes.
En ausencia de un acuerdo, Israel ha ordenado a sus fuerzas terrestres que se concentren en localizar y destruir los túneles utilizados por la resistencia palestina.
El general Sami Turgeman, jefe de las fuerzas israelíes en Gaza, dijo este miércoles que les faltaban «unos días» para destruir todos los túneles. El Ejército dijo que 32 fueron descubiertos y que la mitad fueron destruidos.
Tres soldados israelíes murieron este miércoles al estallar un artefacto en un túnel, según el Ejército. Las pérdidas militares israelíes son cinco veces más altas que las registradas durante la última ofensiva terrestre en Gaza en el 2008-2009. Pese a ello, las encuestas de opinión israelíes muestran un fuerte apoyo público a la ofensiva del ejército israelí en Gaza.
Netanyahu se enfrenta a una intensa presión internacional para que retire sus fuerzas de Gaza. Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU pidieron un alto el fuego inmediato e incondicional de ambas partes para permitir la ayuda humanitaria y las bases de un acuerdo que conduzca a un cese de las hostilidades más duradero.
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