El gobierno de Bachar Al-Assad y los insurgentes yijadistas del Estado Islámico fueron hallados culpables de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Siria, y deberían ser juzgados ante la Corte Penal Internacional, CPI, afirmó este miércoles una comisión independiente de investigación de Naciones Unidas.
En un informe publicado en Ginebra, los investigadores de la ONU denuncian la campaña de terror del Estado Islámico en el norte de Siria, donde el grupo lleva a cabo ejecuciones públicas, amputaciones y otras sevicias contra sus enemigos, que sean pro-gubernamentales o miembros de otros grupos rebeldes.
“El Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL, nombre precedente del Estado Islámico) constituye una amenaza clara e inmediata para los civiles, en particular para las minorías en las regiones bajo su control en Siria y en la región”, afirma Paulo Pinheiro, presidente de la comisión durante una rueda de prensa.
Las fuerzas gubernamentales sirias por su parte, lanzaron barriles de explosivos en zonas civiles de Alep, de los cuales algunos contenían cloro, un agente químico, por lo menos 8 veces en el mes de abril, además de haber cometido otros crímenes de guerra, afirman los investigadores.
El análisis médico legal de 26.948 fotos, que habrían sido tomadas en las cárceles gubernamentales entre 2011 y 2013 confirmaron las acusaciones “de tortura sistemática y deceso de detenidos” precisan los investigadores en su informe de 45 páginas.
La comisión de investigación, de la cual forma parte Carla del Ponte, ex fiscal del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el de Ruanda, establecieron una lista secreta de personalidades que deberían ser juzgados ante la CPI.
“El Consejo de Seguridad de la ONU debe informar sobre estos crímenes a la CPI” insistió Carla del Ponte, estimando que se trataría del “primer paso para hacer justicia a las víctimas”, como fue el caso en ex Yugoslavia y en Ruanda.
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