La presidenta saliente de Brasil, Dilma Roussef terminó en primer lugar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil y debe ahora enfrentarse en segunda vuelta a social-demócrata Aecio Neves.
Después del conteo de 99% de los votos, la candidata del Partido de los Trabajadores obtuvo 41.5% del favor popular contra 33% para Aecio Neves. La ecologista Marina Silva, que en un momento dado de la campaña alcanzó a liderar en las intenciones de votos y se predecía que podría ganar las elecciones si llegaba a la segunda vuelta, terminó finalmente en tercer lugar con solo 21% de los votos y queda eliminada de la contienda electoral.

En la segunda vuelta, que se llevará a cabo el próximo 26 de octubre, se enfrentarán entonces los dos grandes partidos que se comparten el poder desde hace 20 años. A la izquierda, el Partido de los Trabajadores, PT, de Dilma Roussef y en el centro-derecha, el Partido Social Demócrata de Brasil, PSDB, de Aecio Neves, del cual forma parte el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que perdió el poder en favor de Inacio Lula da Silva en 2002.
Unos 143 millones de brasileños fueron a las urnas este domingo para elegir su próximo presidente.
La presidente saliente Dilma Roussef, que dirige el país desde hace 4 años, era la favorita de este escrutinio. Las últimas encuestas le daban más de 40% en las intenciones de votos.

Además de su presidente, los brasileños votaban también para elegir a 27 gobernadores, 513 diputados nacionales, 1069 diputados federales y 27 senadores (lo cual representa la tercera parte del Senado).
Estas elecciones se llevaron a cabo en un clima menos eufórico que el que prevalecía en las elecciones de 2010, cuando Brasil vivía los últimos instantes del milagro socio-económico estimulado durante los dos mandatos de Lula da Silva. La desaceleración de la economía reemplazó al boom económico y provocó un aumento de la inflación de 6.5% y la degradación de las finanzas públicas.

Brasil también fue sacudido por importantes manifestaciones antes de la realización de Mundial de fútbol de la FIFA 2014. Los brasileños protestaban contra la corrupción de las élites y exigían una mejoría radical de la educación, los servicios de salud y los transportes públicos.
Más no obstante el índice de desempleo, que se sitúa a 4.9% en Brasil, es en la actualidad el más bajo en el país más grande de Suramérica. Además, cerca de 40 millones de pobres se encuentran ahora en la clase media desde 2003, al mejorarse sus condiciones de vida.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.