La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, evitó durante el fin de semana comentar en forma directa a la imputación judicial en su contra, por el cargo de encubrimiento de los responsables de un ataque terrorista ocurrido en Buenos Aires en 1994.
La mandataria, quien en estuvo en la provincia de Santa Cruz, en el sur del país, dijo que está acostumbrada a aguantar todo lo que sea necesario, en una referencia velada a la denuncia presentada en su contra.
Fernández dijo que aprendió a ser resistente gracias al frío, la nieve y el olvido con los que se habituó a vivir en la Patagonia. Las declaraciones fueron hechas durante la inauguración de un hospital en la localidad de El Calafate.
Por su parte, el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, afirmó que la presentación judicial para imputar a la presidenta, al ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timeman, y a otros funcionarios forma parte de maniobras de un sector del Poder Judicial a los que miembros del gobierno acusaron de golpismo.
La denuncia, que había sido elaborada por el fallecido fiscal Alberto Nisman, hallado muerto en su departamento con un disparo en la sien semanas atrás, acusa a la presidenta y a los otros funcionarios de maniobras para intentar encubrir a los responsables del ataque contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ocurrido en la capital argentina en 1994 y que dejó un saldo de 85 muertos.
La investigación del atentado señaló como responsables del mismo a ex funcionarios del gobierno de Irán.
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