
Foto: Martín Movilla
Aunque parezca un estereotipo, nadie puede negar que Cuba es sinónimo de creación musical.
Teatros, bares, discotecas, hoteles, resturantes y calles del país albergan grupos musicales, solistas y bailarines.
Aunque la mayoría son artistas profesionales que comparten su arte y obtienen de él sus ingresos, la presencia músical va más allá de los sectores turísticos y de la parte profesional.

Foto: Martín Movilla
Muchas personas –que en general tienen talento- salen a las calles de las ciudades cubanas con una guitarra o un tambor para contagiar con sus notas a quienes pasan a su lado.
Lo cierto es que muchos cubanos llevan en la sangre la danza, la composición, la creación musical, el ritmo y el canto.
Quizá por eso son tan exigentes cuanto se trata de evaluar a sus artistas.
En los nuevos sitios que adornan la ciudad de la Habana –como sucede con lugares más tradicionales y conocidos en el extranjero- la música es prioritaria y se convierte en parte del atractivo que tienen esos lugares.
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