Una residente de Summerside, en la isla del Príncipe Eduardo, Pauline Trainor, agradece calurosamente a una docena de buenos samaritanos que se presentaron ante su casa en plena noche para ayudarla a sacar la nieve de su entrada.
La señora Trainor estima que el viento del comienzo de la semana dejó cerca de unos cinco metros de nieve delante de su casa. Debido al efecto del viento, la nieve se acumuló hasta el techo.
El miércoles pasado, pasó todo el día tratando de contratar personas que pudieran venir a quitar la nieve de su entrada. Lamentablemente nadie estaba disponible, puesto que estas personas tienen demasiado trabajo en este período del año y algunos consideraban la tarea demasiado dura.
La hija de Pauline Trainor decidió entonces lanzar un llamado en Facebook. Poco tiempo después en plena noche, unas doce personas se encontraban en su propiedad con un soplador de nieve y un tractor equipado con una pala delantera. En tres horas, habían terminado el trabajo.
“Es increíble. Escuchamos hablar de este tipo de cosas que suceden a los demás y uno se dice: Dios mío, ¡cuánta generosidad! Y resulta que soy yo la beneficiada de esta generosidad. Estoy muy agradecida”, dijo Pauline Trainor.
Los buenos samaritanos, como Leanne DesRoche, se muestran humildes. Ellos sintieron que debían absolutamente ir en ayuda de Pauline que vive sola. “Debíamos hacerlo, porque uno nunca sabe (…) No estoy segura de que una ambulancia hubiera podido llegar a socorrerla, si le hubiera pasado algo”.
Esta historia hace pensar que el llamado lanzado, el jueves, por el gobierno de la provincia fue escuchado. La ministro de Servicios Comunitarios y de ancianos, Valerie Docherty, había motivado a la gente a ayudarse mutuamente para poder superar los desafíos de la tormenta del domingo.
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