Las comunidades inuits en el Ártico canadiense dependen de la pesca y la caza para su supervivencia.
Photo Credit: ((CBC))

Petroleras versus comunidades en el Ártico: la batalla de Clyde River

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El territorio de Nunavut, que con una superficie de más de dos millones de kilómetros cuadrados es el más grande en Canadá, es escenario de una batalla entre pequeñas comunidades que quieren proteger su medioambiente y las grandes empresas petroleras que quieren explotar los recursos de la región.

Se podría pensar que la caída de los precios del petróleo sería suficiente como para poner fin a la idea de llevar a cabo perforaciones de exploración petrolera en el Ártico canadiense, pero ese no es el caso en Nunavut.

El 20 % de los depósitos de petróleo en el mundo se encuentran en el Ártico. Es por esta razón que las empresas petroleras tienen planes para empezar las exploraciones este verano. Pero la oposición de la población del lugar a esos planes es firme.

La pequeña comunidad de Clyde River, que en lengua inuktitut se llama Kanngiqtugaapik, considera que esas exploraciones petroleras son una amenaza real a su existencia. En representación de sus 930 habitantes, el alcalde de la comunidad, Jerry Natanine, dice que su pueblo es único, pero que el costo de los alimentos es extremadamente elevado.

Es por esta razón que la mayoría de la población en el Ártico canadiense ve el mar como una fuente de alimento. Y esto desde tiempos milenarios. Los inuit cazan focas, pescan narvales y otros tipos de peces. Y esto no por mantener necesariamente una tradición, sino porque si no lo hacen, se mueren de hambre.

Los precios de los productos y alimentos en los supermercados en el Ártico canadiense son por lo menos diez veces más altos que en el resto de Canadá. Por esta razón, los pobladores de Clyde River se oponen a la presencia de las empresas de exploración petrolera. Ellas pondrán en riesgo su fuente de alimento, que son los peces y animales marinos, que huirán de las aguas debido a la actividad petrolera.

Para este verano, el consorcio de empresas noruegas TGS y PGS, con oficinas en Texas y Calgary, tiene planeado utilizar barcos para bombardear con poderosas ondas sonoras las aguas en torno a Clyde River para detectar los bolsones de petróleo.

Esos cañones de aire dispararán ondas sonoras cada 15 segundos, las 24 horas al día. Los sensores a bordo registrarán el curso de las ondas sonoras a su regreso del suelo del océano. A corta distancia, eso cañones hacen más ruido que un avión jumbo.

Las petroleras noruegas sostienen que ese método ha sido utilizado desde hace décadas y que no causa ningún problema. Y que el riesgo para los peces y animales marinos es extremadamente bajo.

Sin embargo, Jerry Natanine y muchos científicos no creen en las palabras de las petroleras sobre las consecuencias de sus prácticas de exploración. Por esta razón, el alcalde de Clyde River intentará a mediados de abril poner un alto a las intenciones de las petroleras mediante una orden judicial.

Para Jerry Natanine y la población de Clyde River, las consecuencias de la presencia de las petroleras no pueden ser más graves. Están en riego su cultura, su estilo de vida e inclusive su capacidad de buscar su propio alimento. Su supervivencia dependerá de cuan silenciosas o cuan ruidosas se pongan las aguas de la Bahía de Baffin este próximo verano.

Categorías: Economía, Internacional, Medioambiente y vida animal, Política
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