Aviones de combate canadienses comenzarán a lanzar ataques aéreos en territorio sirio sin el aval del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Esto después de que el gobierno conservador canadiense impuso su mayoría en el Parlamento federal para prolongar y extender la misión militar en Irak.
Los diputados conservadores federales votaron la noche del lunes en bloque, apoyando con 142 votos contra los 129 de la oposición una moción para la extensión de la intervención militar canadiense hasta por un año completo y la autorización para bombardear objetivos del Estado Islámico de Irak y el Levante en territorio sirio.
En su origen, la misión canadiense de una duración de pocos meses desplegó seis aviones de combate CF-18, un avión de reabastecimiento aire-aire Polaris CC-150, dos aviones de vigilancia Aurora CP-140, junto a unos 600 miembros de la tripulación y personal militar de apoyo.
Unos 69 soldados canadienses de las fuerzas especiales permanecerán en la zona, supuestamente para asesorar y entrenar a los combatientes peshmerga kurdos en sus esfuerzos por repeler el avance de los militantes del grupo armado Estado Islámico.
Tanto la oposición oficial, el Nuevo Partido Democrático, así como los liberales, se negaron a apoyar el plan de los conservadores de intervenir en el conflicto, tanto en la misión original como en la prolongación de la misma, argumentando que el gobierno de Harper no dio las razones suficientes como para involucrar a Canadá en esa guerra, ni fue honesto seis meses más tarde en decir a los canadienses la verdad sobre la magnitud y las consecuencias de tal intervención armada.
Los neodemócratas intentaron enmendar la moción para retirar a los soldados canadienses de las misiones de combate y reorientar los esfuerzos de Canadá hacia el trabajo humanitario. Esas enmiendas fueron rechazadas por los conservadores.
La premisa del Gobierno canadiense de que esos bombardeos son legales porque son llevados a cabo en defensa de Canadá no tiene valor, declaró la oposición. Un argumento apoyado por el hecho de que ningún otro país occidental, fuera de Estados Unidos, participa en esas acciones de intervención militar.
«Este es un grave problema ético para Canadá. Negar que se trata de un problema revela la enorme falta de conocimiento que tiene el gobierno sobre esa región, lo cual puede arrastrar a Canadá a décadas de conflicto «, declaró este lunes el líder del NPD, Tom Mulcair, en el Parlamento canadiense.
Sin el NPD llega al gobierno en las elecciones de octubre próximo, ellos retirarán inmediatamente a Canadá de la campaña de bombardeos en Irak y Siria. El líder liberal Líder Justin Trudeau también dijo que hará lo mismo.
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