Esther Wölki

Esther Wölki
Photo Credit: CBC

Mujer, indígena y soldado, el racismo en el ejército canadiense

Las fuerzas armadas canadienses están lanzando una investigación sobre las acusaciones de una soldado Inuk que dice que abandona el ejército después de enfrentar racismo, acoso y asalto sexual. Los expertos han descrito el caso de Esther Wölki, 30 años, de una base militar en la provincia de Manitoba, como un «fracaso» por parte de los militares.

Escuche
null
© CBC

Después de una década con las Fuerzas Armadas Canadienses – incluyendo una misión en Afganistán- esta es la última semana del cabo Esther Wölki en el trabajo. La mujer Inuk, de 30 años,  se retira con una nota negativa. Dice que años de racismo, de acoso sexual y de indiferencia, finalmente la han quebrado.

La soldado cuenta que los primeros días de entrenamiento en la artillería fueron los mejores de su carrera.

«Fue un momento muy asombroso de mi vida», dijo Wölki, quien es originaria de Paulatuk, en los Territorios del Noroeste. «Estaba muy confiada cuando hacía el trabajo. Lo hacía correctamente, me movía  rápido y mis sargentos estaban orgullosos de mí.»

null
© CBC

Hasta que empezaron a llegar los insultos.

Automáticamente me consideraron como no muy inteligente. Que probablemente tenía hijos. Que fue un descuido del gobierno. La gente hacía esas observaciones todos los días

Wölki apunta a una serie de ejemplos en los que se afirma que su cadena de mando no pudo ayudarla. Dijo que un colega masculino trató de «maltratarla» después de que ella se negó a salir con él. Cuando ella escribió una carta solicitando ser trasladada fuera de su regimiento, dijo que un superior la miró por un segundo y dijo:» No, yo no voy a ocuparme de esto.”

Ella había tomado la decisión de dejar el ejército, y esa decisión fue definitiva luego de un asalto sexual que, alega, tuvo lugar hace unos siete meses.

Wölki dijo que fue a un bar con unos amigos y que se encontró con un hombre que la invitó a una fiesta con otros miembros militares en Brandon.

«A lo largo de la noche, hubo un par de hombres que trataron de sacarme los  pantalones. Me fui al lado de otro colega, pero estaba muy borracho e intentó violarme en el baño», dijo. «Fui a pedir ayuda a otro que  estaba sobrio y él se aprovechó de mí en esa situación.»

Wölki dijo que la policía de Brandon y su cadena de mando no tomaron en serio su queja sobre el asalto sexual.

Lo único que les importó era el hecho de que estaba borracha y de que me metí en problemas y que metí a otros soldados en problemas

Wölki estaba tan preocupada que en un momento trató de acabar con su vida. Necesitó 43 puntos de sutura para cerrar las heridas en sus muñecas, que  todavía están sanando.

En un correo electrónico, la oficial de asuntos públicos del regimiento CFB Shilo,  Lori Truscott dijo a Radio Canadá que ahora están investigando las denuncias de Wölki Y que «la cadena de mando toma las acusaciones muy en serio.»

En Ottawa el ombudsman militar Gary Walbourne dice que no está en su mandato investigar los casos de asalto sexual o el acoso.

Pero que él sigue recibiendo esas llamadas.

El ombudsman militar Gary Walbourne
El ombudsman militar Gary Walbourne © CBC

Para cualquier joven canadiense que decidió comprometerse con el servicio en este país y que luego por causas ajenas a él tiene que salir de esta institución debido a que los mecanismos o las vías de recurso no estaban en el lugar apropiado para ayudarle,  eso es un fracaso.

La ex juez del Tribunal Supremo, Marie Deschamps, publicó recientemente un informe independiente que describe una cultura misógina en el ejército

La respuesta de los militares está siendo liderada por la general Christine Whitecross, quien se reunió con Wölki a principios de este mes.

null
La General de División. Christine Whitecross se reunió con Wölki en una reciente visita en la ciudad de Winnipeg, Manitoba. © (CBC)

Ella dice que están aprendiendo de casos como este.

Vamos a analizar esa información y asegurarnos de que estamos creando un ambiente propicio para recibir informes y para que la cadena de mando tome medidas.

Pero ya es demasiado tarde para Wölki.

Las cosas que he visto o que me han ocurrido,  no las puedo borrar. Sufro todos los días.

Su plan ahora es regresar a su hogar en los Territorios del Noroeste.

Ella va a volver a casa para estar más cerca de su familia y ayudarlos financieramente.

A Wölki se le preguntó qué le diría  a una mujer de 18 años de edad que quiere entrar en las fuerzas armadas.

«Yo le diría que no … no me gustaría que nadie pasara por esto.»

 

Categorías: Indígenas, Política, Sociedad
Etiquetas: , , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.