La canícula que afecta el sur de Pakistán ha dejo más de 1000 personas muertas en la ciudad portuaria de Karachi donde las morgues están llenas y los hospitales no dan abasto.
El fin de semana pasado, la temperatura alcanzó los 45 grados centígrados en esa ciudad, considerada como la capital financiera del país, que es la más poblada del país con unos 20 millones de habitantes.
Según los especialistas, es la peor canícula que golpea esta región desde 1979.
La situación se complicó debido a los cortes de energía y al inicio del ramadán, un mes en el que los musulmanes dejan de beber y de comer desde que sale el sol hasta que se oculta.
Varios líderes religiosos pidieron a sus feligreses más débiles, como los enfermos, que no practiquen el ayuno. Además, los imanes aseguraron que eso está permitido por el Corán “para preservar la salud de quienes pueden caer enfermos o incluso morir”.
La mayoría de las víctimas son personas mayores y pobres que murieron como consecuencia de la deshidratación.
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