El Ártico, un territorio apetecido por varias naciones.

El Ártico, un territorio apetecido por varias naciones.
Photo Credit: JONATHAN HAYWARD

Canadá, el Ártico y los reclamos de Rusia

La posibilidad de roces entre los distintos países que mantienen pretensiones sobre el territorio ártico está siempre latente.

Una petición presentada días atrás por las autoridades rusas, reclamando una porción amplia de esa zona, implica todo un desafío para Canadá y su gobierno, que ya había lanzado un plan para incrementar su presencia en esa vasta masa blanca, cuyo potencial comercial, estratégico y como reserva natural ha sido enunciado con frecuencia.

Canadá está presente en el Ártico desde hace décadas.
Canadá está presente en el Ártico desde hace décadas. © PC/NATHAN DENETTE

Canadá se adelantó

El gobierno de Rusia presentó ante Naciones Unidas un reclamo modificado respecto a la definición de los límites jurisdiccionales, tanto en el Ártico como en el Polo Norte.

Canadá había hecho su parte en 2013, cuando el primer ministro Stephen Harper dispuso que el país incluyera al Polo Norte en sus demandas e inició un accionar tendiente a reforzar la presencia canadiense en la porción de la región que es reivindicada por Ottawa.

Canadá introdujo al Polo Norte en sus reclamos en 2013.
Canadá introdujo al Polo Norte en sus reclamos en 2013. © JONATHAN HAYWARD

Acuerdos y desacuerdos

Si bien son numerosas las naciones que pretenden una parte del Ártico, sus límites no han sido fijados de manera definitiva y el instrumento utilizado para establecer las jurisdicciones es la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, sancionada en 1982 e instrumentada dos años más tarde.

Ese tratado habilita a los países a extender su jurisdicción hasta las 200 millas marinas (370 kilómetros), en la medida que sea verificable la prolongación natural de su territorio en el lecho marino.

Entre las naciones que reclaman su lugar en el Ártico figuran Canadá, Estados Unidos, Rusia, Noruega y Dinamarca. Las mismas son firmantes de la Declaración de Ottawa, junto a Islandia y Finlandia, por la que se creó el Consejo del Ártico, que se ocupa de todos los asuntos relacionados con la región.

La convención de la ONU fue ratificada por 166 Estados, siendo una de las excepciones, nada menos que Estados Unidos.

El Consejo de Ministros del Ártico se reunió en el Nunavut en abril de 2015.
El Consejo de Ministros del Ártico se reunió en el Nunavut en abril de 2015. © PC/Paul Chiasson

Riqueza y estrategia

¿Qué puede tener de atractivo un vasto territorio helado donde la vida no tiene nada de confortable?

En primer lugar, se presume que el Ártico, con una superficie de 16 millones y medio de kilómetros cuadrados, constituye un reservorio excepcional de petróleo y gas, cuya magnitud no ha sido calculada aún con certeza, pero que se presume equivalente a un cuarto de las reservas conocidas hasta el momento.

Por otro lado, como efecto del cambio climático, la masa ártica tiende a derretirse y los científicos calculan que en pocos años se podrá navegar sin inconvenientes por zonas que hoy se presentan como intransitables.

El dato no es menor a la hora de rediseñar rutas para el transporte de mercancías y desplazamientos militares.

La pesca industrial sería otro de los “atractivos” derivados del deshielo de la región, ante la avidez de las firmas pesqueras por encontrar nuevas fuentes de aprovisionamiento.

Rusia, como los otros países, busca aprovechar los recursos minerales del ártico.
Rusia, como los otros países, busca aprovechar los recursos minerales del ártico. © Andrei Pronin

¿Qué quiere Rusia?

En su nueva presentación, Moscú reclama 1millón 200 mil kilómetros cuadrados de plataforma marina en el Mar Ártico, lo que extendería sus límites a 350 millas náuticas (aproximadamente, 650 kilómetros).

El ministerio de Relaciones Exteriores ruso sostiene que su postura contiene nuevos argumentos, apoyados en “extensa información científica, reunida a través de años de investigación y exploración”.

Los responsables rusos esperan que Naciones Unidas comience a analizar su petición en el otoño próximo, aunque voceros del organismo internacional ya dejaron entrever que no se ocuparan del asunto antes de febrero o marzo de 2016.

El Kremlin ya ha demostrado que no está dispuesto a dejar que el tiempo se le escurra entre los dedos. Rusia ha incrementado su presencia militar en la región, incluyendo la restauración de una base castrense que data de la época soviética en las Islas de Nueva Siberia.

Meses atrás se llevaron a cabo ejercicios militares que incluyeron 38.000 efectivos, 50 navíos, incluyendo submarinos, y 110 aviones.

Bandera de la Federación de Rusia en el lecho marino.
Bandera de la Federación de Rusia en el lecho marino. © Anonymous

Denuncian riesgos

Más allá de los reclamos y pretensiones políticas y estratégicas, la organización ecologista Greenpeace alzó su voz para advertir de los riesgos que la mayor presencia humana representará para el ecosistema del Ártico.

El deshielo provocado por el cambio climático tiende a acelerarse, y por primera vez en la historia de la humanidad se contempla la posibilidad concreta de que el hielo de la región pueda desaparecer o reducirse al mínimo.

El resultado sería no sólo la destrucción del hábitat natural de numerosas especies animales, sino que tendría consecuencias irreversibles para los humanos, no sólo para las poblaciones que habitan en la región o en sus proximidades.

Tal como expresa una petición hecha pública por la entidad en 2014, “el hielo refleja gran cantidad de calor solar al espacio”, lo que ayuda a mantener la temperatura planetaria en los niveles considerados normales y aptos para la vida.

Numerosas especies ven amenazado su hábitat natural.
Numerosas especies ven amenazado su hábitat natural. © JONATHAN HAYWARD
Categorías: Economía, Internacional, Medioambiente y vida animal, Política
Etiquetas: , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.