El cambio llega a los taxis.
La competencia que significa el uso de la aplicación Uber, las normas que introducen la obligación de aceptar el pago con tarjetas de crédito y débito y la introducción de un código de vestimenta, están a punto de cambiar a los taxis de la ciudad.

Uber, el enemigo tan temido
Uber parece ser el enemigo número 1 de los taxistas.
En Montreal, al igual que en otros sitios, ha habido manifestaciones contra el uso de Uber, al que los taxistas consideran una competencia desleal.
La aplicación digital permite conseguir un taxi con rapidez, y con información precisa sobre su ubicación, tiempo de espera, vehículo más cercano y otras ventajas.
Tanto taxistas como autoridades gubernamentales han expresado sus reparos hacia el sistema.
Uber no garantiza que sus conductores cuenten con la habilitación respectiva para conducir un transporte público como es el taxi. En consecuencia, surgen las preocupaciones en torno a la seguridad de los pasajeros, que podrían quedar a la merced de delincuentes.
Además Uber y sus choferes no están sujetos a las mismas regulaciones que ellos, tanto en lo que referente a la calidad del servicio y de los vehículos, como a las obligaciones tributarias.

Tajetas de crédito
A partir del próximo 15 de octubre, todos los taxistas de Montreal estarán obligados a aceptar que sus pasajeros paguen con tarjeta de crédito.
El pago por débito se halla relativamente extendido, pero las tarjetas de crédito son sistemáticamente rechazadas por los conductores, aduciendo un incremento en el costo para ellos, ya que deben abonar por usar el sistema ofrecido por las tarjetas.
Una verdad “callada a gritos”, es que muchos piensan que no aceptar tarjetas es una de las herramientas de conductores poco honestos, que buscan esconder parte de su facturación.

A vestirse mejor
Desde el 15 de noviembre próximo, los taxistas que quieran operar en el aeropuerto internacional Pierre Elliott Trudeau deberán respetar un código de vestimenta, por el que no podrán seguir usando gorras, sudaderas, bermudas y camisetas.
Para un turista que recién llega al país, el taxista puede ser la carta de presentación de la ciudad, pero ¿es sólo una cuestión de imagen?
Para muchos, si existe la cortesía, la seguridad y la eficiencia en el servicio, la vestimenta es sólo secundaria.

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