Una bomba explotó este lunes en el centro turístico de Bangkok y dejó un saldo de por lo menos 16 muertos y 80 heridos, según el último informe de la policía.
La bomba explotó al interior del templo hindú de Erawan, en un barrio donde se concentran numerosos hoteles de lujo y centros comerciales muy frecuentados por los turistas, principalmente provenientes del este de Asia.
“Los culpables tenían la intención de destruir nuestra economía y el turismo. El ataque se produjo en el corazón del barrio turístico de Bangkok”, declaró el ministro de defensa Prawit Wongsuwan.
Los medios tailandeses informaron por su parte que el atentado dejó 27 muertos, entre los que se encuentran varios extranjeros y que turistas chinos y taiwaneses se encuentran entre los heridos.
Pero Somyot Poompanmuang, jefe de la policía nacional, declaró a la prensa que el balance era de 16 muertos. Se cuentan también 78 heridos. Este atentado, agregó, es sin precedentes en Tailandia.
Mientras que se había hablado de una moto bomba, Samyot precisó que la bomba, compuesta de un tubo relleno de explosivos, había sido puesta en el interior del templo. El atentado no ha sido reivindicado todavía.
Tailandia enfrenta una insurrección islamista que opera esencialmente en el sur del país. Más de 6.500 personas, civiles en su mayoría, han muerto debido a esa violencia desde 2004, pero los insurgentes atacan raramente fuera de las provincias del sur.
El país, dirigido por el ejército desde mayo de 2004, es también presa desde hace una década, de violentas rivalidades entre facciones políticas rivales.
El templo de Erawan está situado en una esquina que en 2010, sirvió durante varios meses de punto de reunión de los partidarios del antiguo primer ministro Thaksin Shinawatra. La represión que siguió dejó varias decenas de muertos.
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