La cantante pop estadounidense Miley Cyrus ha venido a ayudar a los lobos de la costa oeste de Canadá, en la provincia de Columbia Británica.
La primera ministra de Columbia Británica responde que la cantante pop debe atenerse a lo que sabe y dejar de interferir en las políticas ambientales de la provincia.
Los lobos están en los titulares debido a un decreto de caza al animal por parte de funcionarios de medio ambiente del gobierno que dicen que hay que reducir significativamente el número de lobos para impedir una probable extinción de los rebaños de caribús.
Miley Cyrus estuvo en Columbia Británica durante todo el fin de semana para denunciar esa decisión. A principios de este mes, la cantante instó a sus fans a firmar una petición en línea contra la caza del lobo, que calificó de «programa de exterminio financiado por los contribuyentes. »
Durante el fin de semana, la cantante apareció en los medios sociales, sonriendo y posando en fotos con la gente en una región donde el lobo es el rey. En un video, ella saluda: «Hola Klemtu,» sentada en un barco con una mujer joven. Klemtu es una pequeña comunidad de nativos en la costa central de Columbia Británica.
La primera ministra de la provincia, Christy Clark le respondió a Miley Cyrus que está mal informada acerca de la masacre de los lobos, que es absolutamente necesaria para proteger el caribú en peligro de extinción.
Y agregó que si alguna vez necesita algún consejo sobre el twerking – un baile provocativo que hizo conocer Cyrus – que la puede llamar a ella.
Un proyecto polémico de matanza de lobos en helicóptero
A comienzos de este año Columbia Británica ha dado la luz verde a un programa intensivo de sacrificio de lobos para proteger la disminución de la población caribú en las montañas de Kootenays de Columbia Británica.
La primera fase de la masacre se llevó a cabo desde el aire con helicópteros y francotiradores a bordo.
Biólogos provinciales afirman que la puesta en marcha de tal proyecto de masacre de cerca de 200 lobos en estas montañas es necesario proteger a la población caribú local.
El gobierno por su parte sostiene que los métodos tradicionales como la caza o captura no han logrado reducir el número de lobos que se estima en alrededor de 8.500.
Pero los ecologistas se oponen a la masacre de los lobos. Dicen que la culpa debe recaer sobre el gobierno de la provincia por su incapacidad para proteger adecuadamente el hábitat del caribú.
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