Cuando Mario Pérez llegó a Canadá en 2002 venía con otros planes. Inicialmente quería ejercer como ingeniero industrial, carrera que estudió en su México natal y que ejerció durante varios años para grandes compañías como Nestlé y Kraft, entre otras. Él solía trabajar en el área de logística, en distribución de productos terminados, pero hasta ese momento no sabía que el destino le reservaba una reorientación de carrera inesperada en su país de adopción..
EscucheAl llegar a Canadá se enfrentó con el mismo problema con el que se enfrentan todos o casi todos los inmigrantes profesionales diplomados en otros países: el reconocimiento de diplomas y la certificación por las distintas órdenes y corporaciones profesionales. No obstante, Mario hizo el intento, pero después de cierto tiempo se decepcionó y se dio cuenta que no iba a funcionar por distintos tipos de razones.

Fue así como se sentó consigo mismo a pensar cómo iba a hacer para reorientar su carrera y para encontrar un trabajo que le permitiera seguir hacia delante con su familia. Se resignó a no ser ingeniero en Canadá.
“Me dí cuenta que tenía que estudiar por lo menos 3 años, después de los 5 que ya había estudiado en México. Me dije que no tenía tiempo y que necesitaba trabajar. Y de todas formas yo había venido a Canadá a trabajar, no a estudiar. Ese no era mi principal objetivo. Y no estaba en nuestro plan echarnos de 3 a 4 años de estudio” Mario Pérez.

Mario empezó a reflexionar en las posibilidades de trabajo que se le ofrecían y surgió la idea de pasear perros. Él no sabía hasta ese momento que tenía un don con los perros, que le obedecían, lo seguían sin dificultad y que podía controlarlos. Fue así como empezó a pasear perros en la ciudad.
Ahora, Mario gana bien su vida con su nuevo oficio, pero a él le gusta definirse más como “socializador de perros” que como “paseador de perros”. A su juicio hay una diferencia importante entre estos dos conceptos, que es lo que hace que haya podido sacar a pasear hasta 32 perros una vez.
Cuando lo llamé para la entrevista, en ese mismo momento, mientras me hablaba, estaba paseando a 8 perros. “No son muchos. Es un día muy tranquilo. En general, por las mañanas paseo entre 13 y 14 perros”, me decía Mario Pérez.
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