El pueblo inuit de Canadá se refiere a los Territorios del Noroeste, como “Hermosa tierra”. Otros lo llaman “La última frontera”, “La tierra del oso polar” o “Norte de sesenta”. Este último nombre alude a su posición en la región norte de 60º norte de latitud. Hacia allí fue un joven aventurero noruego, quien vivió en soledad durante seis meses. Kristoffer Glestad, de 26, documentó en video y fotos la experiencia que soñaba llevar a cabo desde niño.
«El sueño era ir a Canadá, vivir de la tierra, la pesca y ver la naturaleza.” El estudiante de ingeniería mecánica estuvo preparando su aventura durante un año y medio, inicialmente con dos amigos que luego se retiraron. El joven llegó a un lago a bordo de un hidroavión con 150 kg de equipo y alimentos, en junio, incluyendo un hacha, una pistola, una sierra, una tienda de campaña y raciones.

Se alimentó de peces, plantas y alimentos deshidratados. El noruego perdió más de 20 kilos durante su aventura.
La gente no está para vivir sola, lo puedo asegurar
El lago, a una hora al oeste de Norman Wells, fue elegido en Google Maps por su aislamiento. Una vez allí, Kristoffer Glestad se construyó una balsa para el transporte de su equipo buscando un mejor sitio para acampar.
Mantenerse activo fue la solución que encontró para contrarrestar el aislamiento.
«Se necesita tiempo para acostumbrarse al silencio. Pensar cansa mucho. Se piensa todo el tiempo. La única distracción que hay es uno mismo. »
– Kristoffer Glestad

El joven, sin embargo, tenía un teléfono satelital que usaba unas tres veces al mes para comunicarse con la familia, un médico y un piloto. Fue con éste último que se puso en contacto en noviembre para terminar el experimento.
«Durante todo el verano pensé en Kris», dijo el piloto.

Travis Wright, de la pequeña aerolínea Norte Wright Airways Norman Wells tenía sus dudas cuando dejó a Kristoffer Glestad en el lago a principios de verano. La mayoría de las expediciones no duran más de dos meses.
«Hemos recibido algunos pedidos, pero muy pocas personas los realizan», dice el piloto que se acordará siempre de este aventurero.
A su llegada, el piloto vio al joven que le miraba fijamente a la distancia. «Fue increíble para ambos vernos nuevamente. »

Kristoffer Glestad está ahora de vuelta a casa, en la granja familiar cerca de Oslo, encantado de haber logrado completar su sueño.
RCI con información de la periodista de CBC, Kate Kyle,
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