«La tecnología existe. Se ha llevado a cabo en animales», dice Lee Silver, profesor de biología molecular y asuntos públicos en la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, quien escribió un libro sobre ética de la clonación.
«La tecnología para clonar seres humanos es esencialmente la misma».

Mientras que las personas, en su mayor parte, parecen haber aceptado la clonación de animales y algunos avances como la edición de genes, muchas no quieren que los científicos incursionen en la replicación humana.
«Muchas personas encuentran la clonación aborrecible… muy poco natural y muy preocupante», dijo Kerry Bowman, un bioético de la Universidad de Toronto.
Una buena parte se deriva de un malentendido sobre lo que significa la clonación, dice Bowman. La gente tiende a imaginar cuentos de ciencia-ficción sobre los clonados genéticamente superiores y ego maníacos creando réplicas exactas de ellos mismos.
«Los científicos no pueden recrear una persona», señala Silver.
Un clon compartiría el material genético de sus padres, pero no sería la misma persona. Padres en duelo, por ejemplo, no podrían volver a crear la personalidad y apariencia de un niño fallecido. El clon tendría importantes diferencias.
«Probablemente no sería tan preocupante para las personas como muchas piensan que puede ser», dijo Bowman.
Los clones dice, ya existen en la naturaleza. Basta con mirar a gemelos idénticos, que tienen el mismo aspecto, pero que actúan de manera diferente.
Las preocupaciones éticas permanecen

La verdadera definición de la clonación presenta problemas potenciales para una aceptación pública.
Uno de los principios fundamentales de la medicina es no hacer daño, pero la clonación podría perjudicar a los bebés creados, dice Bowman. Clones animales han experimentado efectos secundarios tales como deformidades, nacimientos prematuros y artritis, dijo.
Podría haber una presión indebida sobre los clones creados para parecerse a sus familiares fallecidos a ser similares a aquellas personas, Bowman dice, lo que «podría crear una psicología muy perturbadora y destructiva.»
Antes del éxito de la fecundación in vitro, la clonación humana era una posible solución a la infertilidad. Ahora, dice, las parejas infértiles tienen suficientes otras opciones.
Por todas estas razones, la mayoría de los científicos están de acuerdo en no seguir adelante con la clonación humana, y muchos gobiernos, entre ellos Canadá, la han prohibido.
Fama
Pero, dado que la tecnología existe, lo más probable es que alguien, en algún lugar, hará un intento para clonar un ser humano, dice Silver.
A menos que algunas de las preocupaciones éticas sobre el tema cambien, Silver imagina que la única motivación de un científico sería la fama de ser la primera persona en hacerlo.
«No creo que el público lo vea con buenos ojos, pero sin duda generaría una gran cantidad de publicidad.»
RCI con información de Aleksandra Sagan de CBC
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