Canadá es uno de los países más diversificados del mundo. Se estima que cerca de 20% de la población nació en otro país y que más de doscientos mil inmigrantes y refugiados llegan al país cada año. Se hablan más de 200 lenguas diferentes y la lengua materna de 20% de los canadienses no es ni el francés ni el inglés, que son las lenguas oficiales del país.
Cada provincia y territorio cuenta con una población de inmigrantes y refugiados. En ciertas regiones del país, las minorías visibles componen hasta 40% de la población total.

Hasta la década de los 60, los inmigrantes procedían principalmente de Europa, pero esta realidad ha cambiado. Las guerras y los conflictos internos en distintos lugares del planeta han hecho que desde hace unas 5 décadas, los inmigrantes y refugiados, provengan de Centro y Sudamérica, África, Asia, del Extremo Oriente y del Oriente Medio. Los últimos en ser recibidos por Canadá son los refugiados sirios.
El actual primer ministro Justin Trudeau prometió, durante su campaña electoral, acoger a 25.000 refugiados sirios, que comenzaron a llegar durante las dos últimas semanas de 2015. Canadá tomó la decisión de privilegiar primero a las familias con niños que vienen apadrinadas.
De ellos se habla mucho del número que llegará al país, del número de aviones y vuelos que serán necesarios para que lleguen a su destino, el costo de la operación, de la forma como se asumirán esos costos, del costo del padrinazgo, etc. Pero muy poco se ha hablado de la salud mental de esos niños que vivieron durante años en zonas de guerra y en campos de refugiados.

Sobre este tema en particular, el programa matutino de la radio francesa de Radio Canadá, Gravel le matin, conversó con la Dra. Cecile Rousseau, pedo-psiquiatra, profesora titular en el departamento de Psiquiatría de la Universidad McGill y especialista en el tratamiento de niños procedentes de zonas de guerra. Ella dice que los traumatismos y las dificultades vividas por los niños son una fuente de transformación, en la mayor parte de los casos, para bien, pero en algunos casos para mal.
Gravel le matin/Internet
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.