El ministro de Relaciones Exteriores de Canadá, Stéphane Dion, está siendo presionado para que conteste el título de miembro de países que no respetan los derechos de la persona como Arabia Saudita y Venezuela en el controvertido Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Dion se encuentra en Ginebra, Suiza, este lunes, en el marco de la celebración de 10 años de existencia de ese Consejo que ha sido víctima de diversas críticas.
Varios países de los 47 miembros del Consejo no tienen una buena trayectoria en términos de derechos humanos, particularmente China, Rusia, Vietnam, Argelia, Etiopía, Nigeria y Panamá.
El organismo no gubernamental UN Watch pidió a Dion ser más severo con el Consejo y destacó que Canadá podría enfocarse en el caso de Venezuela, por ejemplo, ya que ese país no es tan influyente como China o Rusia.
Un nuevo acercamiento para Canadá
Dion anunció recientemente una contribución de 15000 millones de dólares para la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) y dijo que Canadá deseaba implicarse nuevamente en la organización debido al nuevo acercamiento del gobierno liberal hacia las Naciones Unidas.
El director de UN Watch, Hillel Neuer, espera que Dion conserve la línea dura del antiguo gobierno conservador hacia el consejo.
“Si Canadá pide a los países culpables que rindan cuentas, si se compromete e intenta ser un líder, sería algo bueno”. Hillel Neuer, director de UN Watch
Neuer destacó que el antiguo gobierno liberal de Paul Martin había votado contra la elección de Libia, en 2003, debido a la mala reputación del presidente Moammar Kadhafi en cuestiones de derechos humanos.
“Se trata de una cuestión moral. No es un problema conservador o liberal”, indico Neuer.
Canadá reconoce las lagunas del Consejo, sin embargo, cree también que el único modo de mejorar es de comprometerse directamente, dijo Joseph Pickerill, un portavoz de Dion.
“La actitud de “si no es lo que queremos o si no es perfecto, nos retiramos” fue un error y no logró hacer progresar los intereses de la política extranjera canadiense”. Joseph Pickerill, portavoz de Stéphane Dion
“Nuestro papel es aumentar el nivel del debate, defender nuestros valores, proteger nuestros amigos y aliados y hacer que los derechos humanos sean respetados por todas partes. No podemos hacer eso desde el exterior”, agregó.
El antiguo gobierno conservador criticó severamente el Consejo puesto que la entidad había permitido que regímenes dictatoriales criticaran a Canadá y que los países árabes adoptaran resoluciones anti israelitas.
El portavoz de la oposición oficial en materia de Relaciones Exteriores, Tony Clement, cree que el gobierno debería sostener un debate con los países que no respetan los derechos humanos, pero que Dion tendría que ser muy prudente para no darles un sentimiento de legitimidad.
“El consejo fue controvertido en el pasado porque la gente que dirige sus comités tienen los peores resultados del planeta en materia de derechos humanos”, declaró Clement.
Neuer indicó que, aunque Canadá no sea miembro del Consejo, debería tratar de adoptar una moción como Estado Observador. El dirigente de UN Watch sugirió centrarse en Venezuela porque “sabemos hasta qué punto los chinos y los rusos son poderosos”, mientras que el gobierno de Nicolás Maduro tiene dificultades en Caracas.
El Consejo de Derechos Humanos sustituyó la Comisión de Derechos Humanos que estaba enfrentándose a críticas similares, en 2006, pero no ha habido mucho cambio, agregó Neuer.
Este último afirmó que su organización analizó los miembros de los dos organismos en los últimos 15 años y concluyó que el 62% de los países eran regímenes dictatoriales o autoritarios.
En el marco de la visita a Canadá del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a comienzos de mes, el primer ministro canadiense Justin Trudeau anunció su deseo de consolidar los esfuerzos de Canadá en el seno de las Naciones Unidas y declaró que esperaba poder obtener nuevamente un puesto en el Consejo de Seguridad de la organización internacional.
En 2010, Canadá retiró su candidatura para la obtención de un puesto temporal en el Consejo de seguridad tras haber recibido dos reveses intentando hacerse elegir. Desde 1948, Canadá había obtenido siempre un puesto tras proponer su candidatura.
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