En la semana del 11 al 15 de abril, el gobierno del primer ministro canadiense Justin Trudeau presentará su proyecto de ley referido a la muerte asistida.
El tema ha sido materia de debate en el país, en el que se han podido escuchar tanto las voces de quienes están a favor, como de quienes se oponen al tema.
Cuando hablamos de muerte asistida nos referimos a la participación de un profesional de la salud en el proceso que facilite el deceso de los enfermos terminales y sometidos a padecimientos insoportables.
Al contrario de lo que parecen ser las expectativas de muchos, el proyecto que será presentado en las próximas horas no contemplaría la posibilidad de una muerte voluntaria cuya aplicación incluya a los menores de edad y a las personas con problemas psiquiátricos.
Cabe aclarar que un panel parlamentario, instituido por el propio gobierno, se había manifestado a favor de no impedir que los menores y enfermos mentales que padezcan enfermedades irreversibles y en un estadio terminal accediesen a la muerta asistida.
Expectativas insatisfechas
Si bien hasta el momento no se han conocido con certeza los detalles del texto de la ley, algunos trascendidos extraoficiales señalan que el gobierno Trudeau no es partidario de adoptar una postura favorable a la muerte asistida extendida a los dos grupos señalados, provocando la desilusión de las expectativas que parece haber generado el asunto en todo el país.
Recomendaciones no adoptadas
En contradicción con las sugerencias elaboradas por la comisión parlamentaria especial, Ottawa adoptaría una postura conservadora en lo referente a los puntos más controversiales de la iniciativa: qué hacer en el caso de los enfermos terminales menores de edad y la actitud a seguir en materia de enfermos mentales.
En efecto, la norma descartaría la posibilidad de permitirles a los menores optar por la ayuda médica a morir, aun cuando se trate de personas que se encuentren en la última etapa de una enfermedad mortal.
La ley tampoco haría lugar a otra sugerencia de la comisión parlamentaria, que manifestó su postura a favor de permitir que los enfermos terminales con problemas mentales puedan pedir los servicios para una muerte asistida.
Viejos temores
El gobierno fundamentaría su postura en la posibilidad de que una decisión a favor de permitir la muerte asistida a personas que no son autónomas en sus decisiones, y esto abarca a enfermos mentales y menores, pueda dar lugar a abusos e injusticias por parte de potenciales beneficiarios de esas muertes.
¿A favor o en contra?
Un sondeo publicado hace pocas horas por el diario canadiense Globe and Mail sostiene que la mayoría de los canadienses rechaza la muerte asistida por un médico.
Las cifras divulgadas por el periódico indican que el 51,8 por ciento de los encuestados se expresa en contra de ofrecer la muerte asistida a personas con problemas mentales.
Del mismo modo, el 58,8 por ciento manifestó su oposición a que el recurso sea extendido a personas moribundas cuyas edades oscilen entre los 16 y los 17 años.
La encuesta fue llevada a cabo entre 1.000 canadienses adultos, una cifra considerada representativa dentro del contexto de la población en Canadá.
Con informaciones de CBC y The Globe&Mail
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