El 21 de enero de 2013 ocurrió algo extraordinario en Estados Unidos. Por primera vez durante la ceremonia de asunción de un presidente estadounidense, un joven inmigrante latino homosexual leía un poema escrito para la ocasión.
El presidente era Barack Obama, quien inauguraba su segundo mandato, y el poeta era el inmigrante cubano nacido en Madrid, Richard Blanco. Su texto llevaba el título “One Today”.
Blanco nació el 15 de febrero de 1968, en Madrid, España, y creció en Miami, donde se graduó con una licenciatura en ingeniería civil, así como una maestría en escritura creativa de la Universidad de Florida.
Entre sus libros de poemas figuran “Matters of the Sea” / “Cosas del Mar” (Universidad de Pittsburgh Press, 2016); “Looking fot the Gulf Motel” (Universidad de Pittsburgh Press, 2012). También el autor de un libro de memorias, “The Prince of los Cocuyos” (Ecco Press, 2014), un relato de su infancia y adolescencia que explora sus identidades en lo cultural, nacional y sexual. Su poema inaugural, “One Today” también fue publicado como un libro infantil ilustrado por Dav Pilkey (Little, Brown, 2015).
Richard Blanco estuvo recientemente en Canadá, donde participó en el Festival Internacional de Literatura Metropolis Bleu en Montreal.
En entrevista con Radio Canadá Internacional, él cuenta cómo fue que nació en Madrid, de las maneras en que su abuela se convirtió en su infancia en la celosa guardiana de su identidad de género, y qué fue lo que ocurrió cuando una llamada telefónica, que Blanco creyó que se trataba de una broma, le anunciaba la invitación para componer un poema para la inauguración del segundo mandato de Obama.
Fragmento de “One Today”, traducido al español como “Un hoy”.
Un suelo. Nuestro suelo, arraigándonos a cada tallo
de maíz, cada cabeza de trigo sembrado por sudor
y manos, manos rebuscando carbón o plantando molinos
en desiertos y cumbres que nos dan calor, manos
cavando trincheras, dirigiendo caños y cables, manos
tan gastadas como las de mi padre cortando caña
para que mi hermano y yo pudiéramos tener libros y zapatos.
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