La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff fue suspendida de sus funciones este jueves después que el Senado hubiera aprobado la apertura de un proceso para su destitución, acusada de haber maquillado las cuentas públicas para facilitar su reelección en 2014.
Dilma Rousseff será reemplazada por su vicepresidente Michel Temer, el tiempo que dure el proceso -que tendrá una duración máxima de 180 días- cuya organización fue aprobada por 55 senadores sobre 81. Una mayoría simple de 41 senadores bastaba para aprobarlo.
Michel Temer, quien afirma tener prácticamente formado el equipo de gobierno, debería nombrar a Henrique Meireles, ex presidente del Banco Central, en el ministerio de Finanzas.
Al final del proceso en destitución, una mayoría de dos tercios, es decir 54 obre 81, será necesaria para descartar definitivamente del poder a Dilma Rousseff. En esta hipótesis, Michel Termer aseguraría la presidencia hasta el final de su mandato, el 31 de diciembre de 2018.
La oposición acusa a la presidenta brasileña de haber arruinado la economía, que fue durante un cierto tiempo la más prometedora de los países en desarrollo, instaurando medidas calificadas de populistas que dispararon la inflación y permitieron la entrada en recesión y una explosión del desempleo en el país.
“Hoy tratamos de superar esa situación revocando a este gobierno irresponsable. No teníamos otra opción”, dijo el senador Blairo Maggi, uno de los más grandes productores brasileños de soya, que debería entrar en el gobierno de Temer como ministro de Agricultura.
Al exterior del Senado, protegido por una cerca metálica para mantener alejados a los manifestantes, cerca de 6.000 partidarios de la destitución se reunieron para festejar la decisión, mientras que la policía utilizaba gases lacrimógenos para dispersar a los manifestaban en favor de la presidenta Rousseff.
Dilma Rousseff expresó su intención de disolver el gobierno apenas su destitución sea aprobada y dio instrucciones para que no se facilite la transición, puesto que ella considera su suspensión ilegal.
Su gobierno recurrió a la Corte Suprema para oponerse al procedimiento, pero su recurso fue rechazado este miércoles. En su oficina del Palacio de Planoalto, sede del gobierno, sus consejeros ya guardaron todas sus pertenencias y liberaron los todos los estantes.
Primera mujer en haber sido elegida presidenta de la primera potencia económica de América Latina en 2010, Dilma Roussef de 68 años, denunció varias veces “un golpe de estado” y se mostró combativa hasta el último momento, pero la situación económica lamentable del país, conjugada a la multiplicación de los escándalos político-financieros, precipitaron su caída.
Los sondeos muestran que una gran mayoría de brasileños deseaban que Dilma Rousseff fuera destituida, pero Michel Temer tampoco goza de mucha popularidad.
Radio Canadá/Reuters
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