Hemos venido hablando últimamente sobre la libertad de expresión aquí en Quebec, como es el caso del humorista francés Dieudonné a quien se le prohibió recientemente la entrada Canadá y el de los humoristas quebequenses Mike Ward y Guy Nantel, cuyo número fue retirado del Gala de Les Olivier.
Ayer la diputada del Partido Quebequense, Agnès Maltais pidió al gobierno liberal del primer ministro Philippe Couillard, que retire su proyecto de ley sobre la incitación al odio. Un proyecto producto de la lucha contra la radicalización islámica. La diputada Maltais encuentra este proyecto de ley 59 demasiado restrictivo para la libertad de expresión de ciertos grupos, críticos o comentaristas.
EscucheHay que recordar que el proyecto de ley 59 prevé la interdicción de incitar públicamente al odio o a la violencia contra un grupo de personas específicos, como una comunidad étnica o religiosa.
El proyecto de ley confiere también poderes de investigación e intervención a la Comisión de Derechos de la Persona, que podría recibir quejas de forma confidencial de cualquier persona, aunque esta no sea el blanco directo del discurso odioso, explicó la diputada Maltais, que viene atacando dicho proyecto desde junio del 2015, cuando fue presentado. Julie Latour, abogada y ex presidenta del Colegio de Abogados de Quebec, está de acuerdo con la diputada Agnès Maltais.

La abogada dice que si el proyecto de ley 59 llega a ser adoptado, crearía de entrada un clima de sospecha que no concuerda con la filosofía del “vivir juntos”, donde las personas podrían interpretar la incitación al odio como algo que tienen simplemente “a flor de piel”, que los irrita fácilmente y que podría provocar acciones violentas.
Y por tanto, la Corte Suprema ya dijo que declaraciones que ridiculizan, que rebajan o que socavan la dignidad, NO es incitación al odio, pero en la comprensión de las personas que se sienten atacadas y que tienen “epidermis frágil”, SÍ lo es. La razón, en parte, de este proyecto de ley es para prevenir la radicalización, pero según la abogada Julie Latour, no se puede transponer un problema en una ley de aplicación general.
La abogada dice que ya esa protección existe por intermedio de la Carta de Derechos y del código criminal. Para ella, el proyecto de ley del gobierno es más bien una tentativa de amordazar la libertad de expresión. No es cierto que porque un discurso eriza a una comunidad que hay que reaccionar con proyectos de ley como el que está presentando el gobierno liberal de la provincia de Quebec, porque podría tener un efecto perverso.
Lo bello de la democracia es la confrontación de ideas y es eso lo que nos permite avanzar. Y cuando se intenta amordazar la libertad de expresión se podría presentar un deslizamiento hacia la violencia, que va en contra del “vivir juntos”, de una cultura común y no debe ser simplemente el Estado el que debe garantizar la seguridad de las “victimas”. Todos debemos participar en la cohesión social, concluye la ex presidenta del Colegio de Abogados de Quebec.
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