La activista ambiental Lesbia Yaneth Urquía, de 49 años, fue hallada muerta en una carretera en la ciudad de Marcala, 100 kilómetros al oeste de Tegucigalpa, con golpes en la cabeza tras desaparecer el miércoles después de salir en bicicleta de su residencia, dijo un portavoz del Ministerio de Seguridad.
El cadáver presentaba un trauma encéfalo craneal abierto, producido por objeto cortante y fue enviado a la dirección general de Medicina Forense del Ministerio Público para realizar la autopsia y seguir con las investigaciones pertinentes.
Urquía era miembro desde 2009 en el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) que lideraba Berta Cáceres, asesinada en marzo pasado en un caso en el que se arrestó a 5 personas, entre ellas a un ejecutivo de la represa hidroeléctrica, a cuya construcción se oponía Cáceres.
Por su parte, Lesbia Yaneth Urquía luchaba contra la construcción de una represa hidroeléctrica en el municipio de San José en el departamento de La Paz, denominada Aurora 1, propiedad del esposo de la vicepresidenta del Congreso Nacional, Gladys Aurora López, dijo el COPINH en un comunicado.
«Este asesinato se produce a 4 meses y 4 días del asesinato de nuestra compañera y lideresa Berta Cáceres Flores, y nos confirma la puesta en marcha de una plan para desaparecer a quienes defendemos los bienes comunes de la naturaleza, organizados en el COPINH», agregó la organización.
El COPINH responsabilizó directamente por este asesinato al gobierno de Honduras, a cargo de Juan Orlando Hernández, a las fuerzas militares y policiales y a todos las instituciones gubernamentales. El comunicado hace mención igualmente de la señora Gladys Aurora López y su esposo Arnold Castro por ser «fuente permanente de amenazas y conflictos por la construcción de proyectos hidroeléctricos en el departamento de La Paz».
Según las informaciones obtenidas por la agencia de noticias Reuters, ell subinspector de la policía de Marcala, Eddie López, dijo que el crimen está siendo investigado bajo sospecha de estar motivado por disputas familiares por propiedades, extorsión por parte de grupos organizados debido a que Urquía era propietaria de dos hoteles y una tienda en el lugar. El oficial dijo que la mujer había denunciado ser víctima de extorsión ante las autoridades.
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