Portada del libro La Nueva Política de Inmigración y el final de las sociedades de asentamientos
Photo Credit: Catherine dauvergne

La política de inmigración canadiense debe cambiar

La más grande historia de la inmigración canadiense en décadas respondió a las necesidades de un gran número de refugiados. Pero los refugiados constituyen una parte muy pequeña de la inmigración de Canadá en el siglo 21. Hoy se quiere atraer a inmigrantes exitosos. Y es esto lo que debe cambiar.

– Catherine Dauvergne,decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia Británica y autora de La Nueva Política de Inmigración y el final de las sociedades de asentamientos.

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La política migratoria actual no alivia la pobreza, sino que la exacerba, argumenta Catherine Dauvergne, en un nuevo libro. © UBC

Catherine Dauvergne sostiene que el concepto general de inmigración marcó realmente el ritmo cuando Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda, fueron todos conquistados por primera vez por los europeos. Ahora que nadie se está asentando, dice ella, no tenemos una nueva historia sobre lo que la inmigración está haciendo por nosotros, a pesar de que los estados occidentales están todavía muy involucrados atrayendo ciertos tipos de inmigrantes, mientras repele a  otros. Nuestra forma de entender, y nuestras expectativas sobre los inmigrantes «buenos», no encajan realmente en el panorama político contemporáneo.

Ella dice que ese desajuste no es ninguna sorpresa. La decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia Británica sostiene que la política de inmigración de Canadá se ha desviado en los últimos 20 años  de la historia tradicional que nos contamos a nosotros mismos: el ser una nación de inmigrantes, que da la bienvenida a gente de todo el mundo que quiere venir y empezar una vida mejor.

Los países no están buscando a alguien que es pobre, perseguido, que lucha, y que está dispuesto a sacrificarse por la segunda generación, dice Catherine Dauvergne. Se quiere atraer a los inmigrantes que ya tienen éxito. Ese es uno de los cambios reales en la política en los últimos dos decenios. La migración está pasando de ser una fuerza para el alivio de la pobreza y la distribución de la riqueza en todo el mundo a un paradigma que exacerba la desigualdad.

La mayoría de las personas que vienen a Canadá son inmigrantes económicos, que entran en el país en el marco de programas como el de entrada exprés, lo cual permite a los empleadores canadienses influir en la elección de los inmigrantes que puedan entrar. No son personas que arriesgan su vida para convertirse en canadienses, sino gente que es buena haciendo dinero en su país de origen, y que Canadá la quiere para que hagan más bien dinero aquí.

«No se trata de la construcción de la nación, o sobre la identidad, o sobre la estabilidad o la diversidad», dice Dauvergne, «en realidad se trata de encontrar el buen elemento económico, supongo.»

Dauvergne argumenta que es hora de una nueva política y de  un cambio en la narrativa, para que ambos se aliñen una vez más.

Extracto de la entrevista que Catherine Dauvergne le dio a  Jim Brown, CBC.

¿Qué le hace pensar que los canadienses en general no tienen un sentido exacto de esta realidad?

Bueno, tenemos una mitología nacional muy fuerte y bien considerada de la inmigración, y decimos cosas regularmente tales como: «somos una nación de inmigrantes» o «Canadá es un mosaico,» o «la inmigración es lo que impulsa nuestro multiculturalismo hacia adelante «, y todas esas declaraciones de valores sólidos que no son realmente por motivos económicos están divorciados de la realidad de cómo desarrollamos y avanzamos en la política de inmigración en este momento.

Y lo que es más, la mitología tiene el poder de una muy buena adherencia… porque, no importa donde uno se sitúe en el espectro político, hay un montón de buenas razones para adherir a la vieja historia.

Si usted es un defensor del legado de la inmigración, un espacio que ha ocupado durante muchos, muchos años, por supuesto, usted quiere adherir a la historia mitológica de la inmigración, que dice «los inmigrantes vienen aquí, están muy agradecido por la oportunidad, van a hacer enormes sacrificios y terminan contribuyendo a un Canadá mejor … es todo acerca de la próxima generación, y están realmente aquí por sus hijos y van a hacer todo lo posible para encajar en la historia de Canadá «.

Y si usted se opone a recibir una gran cantidad de inmigrantes, y está muy preocupados por la forma en que funciona la migración en este momento, y  está al extremo derecho del espectro político, entonces se queda con la mitología antigua, porque el hecho de que los migrantes contemporáneos no encajen necesariamente bien en esa historia, se convierte en una muy buena razón para decir «los migrantes actuales están fallando, no es acertado el camino como lo fue el de las generaciones anteriores, tenemos todos estos doctores conduciendo taxis, ¿por qué estamos dejando entrar a estas personas al país? »

Y la vieja mitología se convierte en una historia contra la que se mide a los nuevos migrantes, y se encuentra que está fallando.

¿Por qué entonces es que los gobiernos han cambiado la política cuando se trata de la inmigración, pero no han cambiado la narrativa?

Oh, porque la narrativa le sirve realmente bien a los gobiernos. En términos de su capacidad para contar una historia que dice «estamos abriendo la puerta a los migrantes porque esta es nuestra tradición, no estamos realmente cambiando nada por ahora, sólo estamos retocando algunas cosas en los bordes.» Debido a que si la política no funciona, la vieja narrativa proporciona una muy sólida base sobre la cual  se puede culpar al recién llegado, por no estar a la altura de la mitología.

En una publicación en la UBC, la decana de la Facultad de Derecho se refirió a los 25.000 refugiados sirios que llegaron a Canadá. Su respuesta fue contundente.

Creo que Canadá debería estar trayendo muchos más refugiados sirios.

El primer ministro canadiense Justin Trudeau saluda a una familia de refugiados sirios durante su llegada a Toronto el 11 de diciembre de 2015. © (Nathan Denette / Canadian Press)

Es un logro muy importante del nuevo gobierno canadiense y ese es el camino.

Hubo un tiempo, agregó, justo hasta mediados de la década de 1990, cuando Canadá contaba con el principal sistema de protección de los refugiados entre los países occidentales prósperos que no se enfrentaban directamente con los flujos de refugiados en sus fronteras. Estábamos en la parte superior de la escala humanitaria, dice.

Desde ese entonces, Canadá ha trabajado para desmantelar sistemáticamente ese sistema de protección.

RCI/CBC/UBC

Categorías: Economía, Inmigración y Refugiados, Política, Sociedad
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