Nacido en Argentina y radicado en Canadá desde 2003, José Luis Torres es una artista que escapa a los convencionalismos a la hora de expresarse.
Al llegar a su nuevo país se vio en la necesidad de procurarse nuevas materias primas para su actividad, y es así que incorporó los materiales de construcción, restos de demoliciones y otros objetos. De esa forma, comenzó a hacer suya la que él define como “una costumbre canadiense”: hacer arte con aquello que nos rodea.

El desplazamiento, la supervivencia y la adaptación son temas que preocupan a este artista que no deja de reconocerse como inmigrante, aun cuando demuestra que se siente aquí como en su casa.
Define a sus creaciones como “inacabadas”, reflejando así a la vida misma, que se encuentra en cambio constante…, en evolución.

Considera que el ser humano tiene una capacidad ilimitada para adaptarse, para reinventarse, para hallar nuevas formas de recrearse y eso lo llevó a buscar su propio espacio nuevo en Canadá.

Lo distinto, la diferencia, tanto en el arte como en la vida, no tienen por qué convertirse en un obstáculo, también pueden ser una herramienta, una fuerza que guíe la reinserción.

La creación de puentes artísticos entre América del Norte y del Sur sigue siendo un sueño y una meta para este artista que busca, además, abrirle las puertas a quienes vienen detrás.
Así nos lo cuenta José Luis Torres en diálogo con Luis Laborda.

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