Hillary Clinton acepta la nominación demócrata para las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Hillary Clinton acepta la nominación demócrata para las elecciones presidenciales en Estados Unidos
Photo Credit: Mark Kauzlarich / Reuters

Duelo entre Clinton y Trump: que gane la mejor mujer

Escuche

Con su discurso de aceptación de la nominación demócrata a la presidencia de Estados Unidos en la noche del jueves 29 de julio en Filadelfia, Hillary Clinton se encamina ahora a la conquista de la Casa Blanca.

En un discurso que duró casi una hora ante los cuadros políticos, los líderes y los militantes demócratas reunidos en una convención nacional en Filadelfia, Hillary Clinton, explicó qué es lo que la diferencia del candidato republicano, el ricacho Donald Trump, y qué es lo que hará como presidenta de un país que vive una vez más un intenso clima de tensión racial.

La nominación de Hillary Clinton, y la posibilidad de que ella llegue a la presidencia de la primera potencia económica y militar en el mundo, tendrá consecuencias directas para Canadá. El periódico canadiense de circulación nacional, The Globe and Mail, publicó este viernes un editorial titulado “Duelo entre Clinton y Trump: que gane la mejor mujer”.

Según el periódico canadiense, la carrera presidencial de 2016 en Estados Unidos no es como las elecciones pasadas. No es sólo una elección entre derecha e izquierda. Las viejas fronteras están siendo alteradas por ambos partidos y por un electorado insatisfecho e irritable. Esta elección es diferente porque la brecha es más profunda. La línea de separación más clara. No es exagerado decir que la elección presidencial estadounidense de noviembre será una elección entre la cordura y la locura.

Y no hay garantías de que los votantes elijan al candidato que, pese a no ser perfecto, al menos pasa la mayor parte de su tiempo con los pies puestos en la Tierra.

Esta elección será entre un candidato creíble, que tiene defectos, frente a otro candidato más bien errático y sin credibilidad. Entre un candidato con una diversidad de políticas, algunas de ellas criticables, frente a otro candidato cuyo discurso de aceptación de su nominación no presentó ninguna política, más allá de la promesa de construir un inmenso muro. Será una elección entre un candidato capaz de ceder para lograr un acuerdo, y que a veces ha cedido demasiado, frente a otro candidato que es un inmenso ególatra, incapaz de dejar de lado los desaires y que todavía está buscando peleas con los candidatos republicanos que ya derrotó en las primarias.

La próxima elección en Estados Unidos será entre un candidato que puede ofrecer continuidad a los dos mandatos previos de Obama, lo cual no es una mala opción, frente a un candidato que ha prometido sembrar el caos, rompiendo tratados para poder poner fin, de manera caprichosa, a las alianzas internacionales. Uno de los candidatos promete estabilidad, mientras que el otro promete un futuro de profunda inestabilidad.

La buena noticia es que Hillary Clinton está muy bien calificada para ser la próxima presidenta de Estados Unidos. La mala noticia es que está menos calificada para alcanzar ese cargo. Ella no tiene ni el genio campechano de su marido Bill, ni el magnetismo ególatra de Donald Trump. Ha pasado una vida entera abriéndose camino pacientemente, mientras que Trump ha pasado su vida aplastando y aprovechándose de otra gente.

La buena noticia es que Hillary Clinton puede impedir que Trump llegue a la Casa Blanca. La mala noticia es que ella es la única que puede hacerlo. Todo depende de ella y del votante estadounidense. Y hasta el momento, sólo la mitad del electorado ha dado señales de apoyarla.

Hace tres meses, las grandes figuras republicanas estaban convencidas de que la nominación de Donald Trump condenaría a su partido a una derrota épica en las urnas. Ellos pronosticaron la pérdida del control republicano de la Casa Blanca, del Senado y la Cámara de Representantes. Es posible que ellos hayan sobrestimado a los votantes estadounidenses, dice el periódico canadiense The Globe and Mail.

Hasta el momento, la base del Partido Republicano apoya sólidamente a Trump. Y no pocas personas de la izquierda detestan a Hillary Clinton, tanto que están considerando no votar, o votar por un tercer partido, o escribir el nombre de Bernie Sanders en el voto. O simplemente votar por Trump.

La carrera se ha reducido a dos candidatos que no tienen partidos apoyándoles unificadamente.

Al escuchar el discurso de aceptación de Hillary Clinton, o al considerar a quién eligió como compañero de fórmula a la vicepresidencia, se puede ver que para ganar la elección, ella tendrá que acercarse a la derecha para atraer a aquellos conservadores que no aceptan a Donald Trump, y también tendrá que acercarse a la izquierda para ganar a los partidarios de Bernie Sanders, a quienes no les gusta el actual Partido Democrático. Y esta situación genera una constante tensión.

El ex presidente Bill Clinton dedicó gran parte de su carrera política empujando al Partido Demócrata hacia la derecha. Para ganar las elecciones en los años 90, tenía que hacerlo. Pero si Hillary Clinton llega al poder en 2016, ella asumirá la presidencia con una plataforma contraria a lo que hizo su marido. Ella prometió el jueves por la noche un salario mínimo más alto, la matrícula gratuita para la educación universitaria, exigir a las empresas estadounidenses que traigan de regreso los empleos exportados y una nueva mirada a los tratados de libre comercio.

La competición entre Donald Trump y Hillary Clinton ni siquiera debería ser tal. Ella puede no ser la demócrata más capaz, pero más allá de una ficción distópica, Donald Trump sería el peor presidente republicano imaginable. Ahora, después de un año de batalla en las elecciones primarias, ellos son los dos únicos candidatos que quedan. Que gane la mejor mujer, dice finalmente el editorial de este viernes del periódico canadiense de circulación nacional, el Globe and Mail de Toronto.

Escuche
Categorías: Internacional, Política
Etiquetas: , , , ,

¿Encontró un error? ¡Pulse aquí!

Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.