Elizabeth May decidió que seguirá siendo la líder del Partido Verde, a pesar de una controversia sobre la situación de Palestina que ha dividido a los miembros de esa formación política.
May dijo que quiere continuar con su trabajo sobre la reforma electoral y que para ello tendrá más credibilidad como líder del partido.
Ella rechazó con firmeza los rumores sobre la posibilidad de unirse al Nuevo Partido Democrático o a los Liberales de Justin Trudeau.
Elizabeth May pasó los últimos días considerando su futuro político durante unas vacaciones en Cabo Bretón.
Ella también dijo que se pedirá a los miembros de su partido que reconsideren su apoyo al movimiento de boicot a Israel.
En la reciente convención del Partido Verde, los miembros votaron en favor del apoyo al Movimiento de boicot, desinversión y sanciones contra Israel, una posición a la que ella se opone y que algunos grupos judíos han denunciado.
El Movimiento de boicot, desinversión y sanciones (BDS) es una campaña mundial de presión económica y política para que Israel cumpla con sus obligaciones en virtud del derecho internacional, que incluyen el fin de la ocupación y la colonización de los territorios palestinos, la plena igualdad para los ciudadanos israelíes de origen árabe-palestino, y el respeto del derecho al retorno de los refugiados palestinos.
Los defensores del BDS comparan su movimiento con la campaña contra el Apartheid en Sudáfrica, ya que desde su perspectiva, la opresión que sufren los palestinos por parte de Israel es la misma que vivieron los sudafricanos negros bajo el régimen racista del Apartheid sudafricano, que fue combatido con un boicot mundial y en el que Canadá jugó un papel importante.
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