El interés por las armas de fuego parece ir en aumento entre los canadienses.
Los clubes de tiro cuentan con un número creciente de inscriptos y en la actualidad no es difícil ver en ellos tanto a hombres como a mujeres, que desean tener dominio de las técnicas para disparar un arma.
Sin embargo, hay datos que tal vez deberían seguirse con mayor atención: en los primeros 6 meses de 2016, la RPMC entregó más permisos de posesión y de compra de armas de fuego que durante todo 2015.
Por otro lado, son más y más las personas que se interesan por armas de uso restringido, como la AR15, utilizada en algunas de las masacres ocurridas en los últimos tiempos en Estados Unidos.
Gran número de los clientes de los polígonos de tiro en la provincia de Quebec tiene menos de 18 años de edad y, en algunos casos, las familias asisten con sus hijos menores de edad, incluso niños.
Sin embargo, hay especialistas en el tema de armas que consideran que no hay motivo para alarmase, ya que Canadá tiene una política social que se convierte en la mejor defensa contra el crimen y la radicalización, como lo demuestra el hecho de que Toronto tiene una tasa de homicidios que es 10 veces más baja que en Chicago, ciudad estadounidense que posee similar cantidad de población.
Por su parte, Montreal cuenta con un centro de prevención de la violencia extremista que fue elogiado por el titular de Naciones Unidas.
Sobre el tema habla Irvin Waller, profesor de la Universidad de Ottawa y experto en violencia y criminología, autor entre otros títulos del libro “Control Inteligente del Delito”, en diálogo con Luis Laborda.
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