Miles de manifestantes volvieron a salir a las calles de varias ciudades de Estados Unidos este jueves, en el segundo día consecutivo de protestas contra la elección del polémico candidato Donald Trump en las elecciones presidenciales.
Los manifestantes temen que esos resultados se traducirán en una ofensiva contra los derechos civiles de los estadounidenses.
«Acabamos de tener una elección presidencial muy abierta y exitosa. Ahora manifestantes profesionales, incitados por los medios de comunicación, protestan. ¡Muy injusto!», dijo Trump en un mensaje en Twitter la noche del jueves.
En la capital del país, un centenar de manifestantes marcharon desde la Casa Blanca, donde Trump tuvo su primera reunión de transición con el presidente Barack Obama el jueves, al Trump International Hotel, ubicado a varias cuadras de distancia.
Cientos de personas se congregaron en el lugar después del anochecer, coreando frases como: “¡Sin odio! ¡Sin miedo! ¡Los inmigrantes son bienvenidos aquí!» y mostrando pancartas con lemas como «Destituyan a Trump» y «No es mi presidente».
En la costa este, las protestas tuvieron lugar en Washington, Baltimore, Filadelfia y la ciudad de Nueva York, mientras que los manifestantes de la costa oeste se congregaron en Los Angeles, San Francisco, Oakland y Portland.
Las protestas fueron en su mayor parte pacíficas y ordenadas, aunque se registraron algunos actos de desobediencia civil y daños a la propiedad.
Los actos del jueves en general fueron menores en escala y de menor intensidad que los del miércoles, que tuvieron una masiva presencia de jóvenes.
Las manifestaciones continuaban este viernes por la mañana en Portland, donde la policía disparó gases lacrimógenos y balines de goma para dispersar a la multitud, mientras que en Los Angeles se produjeron bloqueos de calles y al menos 35 personas fueron arrestadas, según medios locales. Para este fin de semana están previstas nuevas manifestaciones contra Trump.
Los detractores del presidente electo temen que las declaraciones contra los inmigrantes, los musulmanes y las mujeres, realizadas durante su campaña, sumadas al apoyo que recibe Trump de organizaciones como el Ku Klux Klan y otros supremacistas blancos, puedan alimentar una ola de intolerancia contra la población que no es de raza blanca.
En su discurso de aceptación del miércoles, Trump se alejó de la retórica de discursos anteriores y prometió ser un presidente para todos los estadounidenses. Su campaña rechazó el apoyo que le entregó este mes un diario del Klan y dijo que Trump «denuncia el odio en cualquier forma».
Grupos de derechos civiles y la policía informaron que se registró un aumento en el número de ataques contra miembros de las minorías, algunos de ellos llevados a cabo por personas que apoyan a Trump. También hubo reportes de opositores atacando a personas que llevaran carteles en apoyo al nuevo presidente.
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