Las fuerzas de policía de los Estados de Texas y Missouri buscaban el lunes a los responsables de ataques separados y aparentemente no relacionados contra dos policías, uno de los cuales falleció tras ser baleado dentro de su patrulla, por desconocidos que escaparon en automóviles.
Un hombre armado disparó y dio muerte a un detective de San Antonio ayer domingo durante una inspección rutinaria de tráfico frente al cuartel de la policía de esa ciudad estadounidense, dijeron las autoridades.
El tiroteo en Texas ocurrió cuando el sospechoso detuvo su automóvil detrás del coche de policía estacionado, bajó, se acercó a la patrulla y disparó al detective en la cabeza por la ventana cuando estaba escribiendo una multa, dijo el jefe de policía de San Antonio, William McManus.
El atacante entonces metió la mano por la ventana del vehículo y disparó por segunda vez al policía, luego regresó a su auto y se alejó a toda velocidad.
Horas más tarde en Missouri, un policía de St. Louis recibió un disparo en el rostro mientras estaba sentado en su patrulla junto a una intersección. El jefe de policía de St. Louis, Sam Dotson, dijo que el oficial, pese a que resultó herido de gravedad, estaba consciente y pudo hablar tras el ataque.
La segunda emboscada se produjo luego de que una persona que viajaba en automóvil se detuvo junto al vehículo del oficial, abrió fuego y huyó. La policía dijo que no tenía sospechosos.
Estos incidentes se producen en medio de un clima de tensión racial en Estados Unidos, tras una serie de tiroteos en los que la policía dio muerte a varios ciudadanos afroamericanos y la elección del candidato republicano Donald Trump, cuya campaña electoral estuvo cargada de un alto contenido racista.
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