El presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció su discurso de despedida en una alocución emotiva, pronunciada frente a una multitud reunida en Chicago, su ciudad adoptiva.
El mandatario trazó un balance de sus 8 años de gestión, al tiempo que alentó a sus conciudadanos a sentirse orgullosos del trabajo realizado bajo su mandato, e invitó a aquellos que se sientan disconformes con la situación actual o con las perspectivas de futuro a tomar un rol más participativo en la vida política del país, en alusión al bajo índice de participación que registran las votaciones presidenciales en Estados Unidos.
Exultante en algunos momentos y conmovido hasta las lágrimas en otros Obama, en una exposición que duró cerca de una hora, se refirió a los desafíos que enfrenta Estados Unidos ante la inminente transición del poder a su sucesor, Donald Trump. El titular de la Casa Blanca ofreció su visión en relación a la forma en la que se podrían vencer los desafíos presentes y, al hacer referencia a los objetivos que su gestión no logró concretar, defendió la necesidad de adoptar una actitud optimista y pensar en que otros sí puedan hacerlo.
El actual mandatario sostuvo que deja un país en mejores condiciones que el que encontró cuando asumió el cargo, con bajos índices de desocupación, recuperación económica, reconstitución de los lazos políticos con Cuba y logros en el combate contra el terrorismo internacional.
La exposición fue interrumpida en varias ocasiones por la ovación de los presentes, que incluso llegaron a expresar cánticos en los que pedían que el presidente permaneciera otros cuatro años en el cargo, algo irrealizable, ya que Obama está cumpliendo los dos períodos consecutivos que le permite la ley.
Obama también invitó a los estadounidenses a no aceptar las ideas que invitan a políticas aislacionistas en el plano internacional, evitar la discriminación hacia estadounidenses de origen musulmán e inmigrantes en general y no tener miedo a debatir ideas con las personas que cada uno tiene en su entorno, en lugar de enfrascarse en discusiones con desconocidos a través de los medios sociales.
Al referirse a las expectativas de que Estados Unidos pudiera superar las divisiones raciales, tras la elección del primer presidente negro de su historia, Obama sostuvo que esa visión “si bien tuvo buenas intenciones, nunca fue realista”.
El traspaso del poder se llevará a cabo, como es tradicional, el 20 de enero.
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