Desde el mes de abril Canadá está experimentando una explosión en el número de solicitantes de asilo que llegan al país en forma clandestina transitando legalmente por los Estados Unidos. ¿La razón? un acuerdo entre los dos países, que el Consejo Canadiense para los Refugiados pide abolir.
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En 2002, después de los ataques del 11 de septiembre, Canadá y Estados Unidos firmaron un acuerdo para limitar el número de solicitantes de asilo en el país. El acuerdo, que entró en vigor en 2004, estipula que el asilo le será automáticamente negado a cualquier persona proveniente de Estados Unidos, considerado como un país seguro, que solicita el asilo en Canadá.
Sin embargo, si el demandante logró cruzar la frontera con Canadá ilegalmente, tiene derecho a una audiencia en conformidad con la Carta de Derechos y Libertades y el derecho internacional sobre los refugiados. Para Canadá, que quería controlar su frontera, el acuerdo ha creado el efecto contrario.

Si nos ceñimos a los últimos datos de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, sólo el pasado mes de diciembre, 305 solicitantes de asilo entraron clandestinamente a Quebec, en comparación con 20 en diciembre de 2015. Desde el 1 de abril del 2016 más de 1.000 personas han cruzado la frontera con Canadá, sólo en Quebec. Algo nunca visto.
La afluencia de solicitantes de asilo, proviene entre otros, de ciudadanos de del Oriente Medio, de Sudán y de Etiopía. Ellos entran a los Estados Unidos con una visa en debida forma, pero su objetivo es cruzar hacia Canadá.
De acuerdo con el presidente del sindicato de los aduaneros, Jean-Pierre Fortin, Canadá está enviando el mensaje de que es fácil cruzar la frontera con Canadá por carreteras sin control. Por otra parte, esta situación representa un peligro para la seguridad nacional, dijo.
Para el abogado de Montreal Mitchell Goldberg, un experto en derecho de los refugiados, este acuerdo simplemente no tiene sentido. «Es una contradicción que no tiene sentido, no entendemos. »

El Consejo Canadiense para los Refugiados denunció el acuerdo desde el principio, ya que pone a los solicitantes de asilo en una situación insostenible que los fuerza a la clandestinidad. El Consejo pide la retirada de este acuerdo, que va en contra de los derechos de los refugiados.
Los grupos humanitarios quieren que el nuevo ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Ahmed Hussen, quien él mismo entró en Canadá como refugiado a los 16 años, analice este acuerdo y haga las correcciones necesarias.
Radio Canada
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