El suave invierno que se vive en varias regiones de Canadá no ha dicho presente en la zona de las Marítimas, en el este del país, que viven por estas horas una de las peores tormentas invernales de las que guarden memoria.
El viernes 27 de enero, miles de personas en la provincia de Nuevo Brunswick se encuentran desprovistas de servicio eléctrico, días después del paso de la tempestad de lluvia helada y vientos violentos.

Al menos en las zonas urbanizadas del país, la mayoría de las personas no sólo utilizan la electricidad para iluminar y hacer funcionar sus aparatos electrónicos, sino también para cocinar, calentar el agua y calefaccionar sus viviendas, algo esencial cuando las temperaturas descienden varios grados por debajo de cero grados.
La empresa de energía de Nuevo Brunswick confirmó que 58.000 clientes siguen sin servicio. Las precipitaciones de lluvia helada dañaron las torres de alta tensión y provocaron la caída de árboles y postes, cortando las líneas de suministro eléctrico.

Numerosas comunidades quedaron cubiertas por una espesa capa de hielo, cuyo gran peso fue demasiado tanto para ramas de árboles y postes eléctricos, como para las líneas telefónicas, que también resultaron dañadas, dejando a muchos habitantes incomunicados.
Dada la magnitud de la tormenta de hielo, los trabajos de reparación y reconstrucción se ven demorados, ya que los desplazamientos son dificultosos e, incluso, muchas zonas son prácticamente inaccesibles por tierra.
Un residente describió una atmósfera de pánico entre muchos de sus vecinos.

Otra de las consecuencias que dejó la tormenta es la escasez de combustible. Diferentes estaciones expendedoras debieron cerrar ante la falta de gasolina en sus bombas. La situación hizo que se formaran largas colas en las pocas bocas de suministro que permanecían abiertas.
También el dictado de clases fue afectado en numerosos centros educativos. El miércoles y jueves últimos, muchas escuelas mantuvieron sus puertas cerradas.
A pesar de las complicaciones, el espíritu solidario prevaleció en la mayoría de los habitantes de Nuevo Brunswick. Muchos pobladores abrieron las puertas de sus casas para albergar a sus vecinos más afectados por el temporal.

Según las autoridades, varios días podrían transcurrir antes que la vida vuelva a la normalidad en la provincia.
Las provincias de Terranova y Labrador y la Isla del Príncipe Eduardo también recibieron la tormenta, pero con efectos mucho menos graves.
La lluvia helada es un tipo de precipitación que se registra cuando la nieve arrojada por las nubes se derrite durante su caída, al toparse con una masa de aire cuya temperatura está por encima del punto de congelación y luego, al seguir cayendo, halla una corriente más fría, que congela el líquido antes de llegar al suelo.

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