La calidad del sistema de salud en Canadá es un tema que ha generado debates en más de una ocasión.
Tiempo atrás, la discusión alcanzó a los llamados Centros Integrados de Salud y de Servicios Sociales, que son encargados de administrar la atención en cada jurisdicción. Los titulares de los medios reflejaron entonces las denuncias que tuvieron como blanco a esos entes en la Gaspesie, en el extremo este de la provincia canadiense de Quebec
En un informe sobre los establecimientos sanitarios de esa región, que acaba de ser publicado, el Protector del Ciudadano da cuenta de varias situaciones que califica de “preocupantes”, al tiempo que destaca la sobrecarga de trabajo que padece el personal de salud.
De todos modos, el funcionario dice en su documento que no existen razones para temer por la salud y la seguridad de los pacientes.
El informe en cuestión había sido encargado por el propio funcionario a partir de anomalías que habían sido señaladas en el sistema sanitario y de asistencia social de la región, principalmente a raíz de los recortes presupuestarios impuestos por las autoridades provinciales.
En su momento, se habían producido varias denuncias de allegados de los residentes, quienes señalaban malos tratos o falta de atención responsable.
Entre las situaciones que el texto señala como motivo de preocupación, figuran los casos de pacientes que no recibieron baños de inmersión durante años. Esa situación fue verificada en al menos un establecimiento dedicado a la atención de personas mayores o con movilidad reducida, quienes no pueden valerse por sí solas para tareas básicas como tomar un baño, comer o ingerir un medicamento.
Varios sindicatos que representan a los trabajadores de cuidados sanitarios de la Gaspesie se quejaron de las compresiones presupuestarias y de las reformas decididas por el ministerio de Salud provincial, alegando que los cambios establecidos impiden al personal brindar adecuadamente la atención requerida por los beneficiarios.
Entre esas reformas se cuentan la fusión de jurisdicciones y la reorientación de fondos.
La investigación confirmó la presencia de una sobrecarga de trabajo para el personal, por ejemplo en la unidad de cuidados médicos de larga duración de uno de los hospitales de la región.
En otro nosocomio se informó sobre la permanencia del 36 por ciento de los pacientes en la urgencia por más de 24 horas, mientras que la guía de gestión establece que esa cifra no debe ser mayor al 15 por ciento.
En el mismo escrito, el Protector destaca la devoción con la que el personal de los diversos establecimientos lleva a cabo su labor, aún a pesar del exceso de tareas impuestas y de la carencia de recursos que se observa en algunos casos. Resalta, por ejemplo, el caso de trabajadores que no dudan en seguir prestando servicio aún durante sus momentos de descanso.
Mejoras posibles
El funcionario incluyó 19 recomendaciones que deberían permitir mejorar la situación, especialmente cuando se trata de ofrecer cuidados de enfermería o conseguir apoyo en caso de que la cantidad de trabajo exceda las posibilidades del personal de turno.
También señaló la necesidad de brindar la formación específica al personal sobre la manera de actuar en relación con los residentes afectados por déficits cognitivos.
Por último, recordó la necesidad de una intervención diligente en la asistencia a los residentes. Al respecto, recomendó que los establecimientos realicen auditorías para verificar las demoras en la respuesta a partir de que un paciente reclama atención.
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