Se transmite del insecto al perro, del perro al insecto y del insecto al humano.
– Dr. Oscar Daniel Salomón, Director del Instituto Nacional de Medicina Tropical, Argentina
Un grupo de investigadores del Cono Sur, apoyados por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá, está trabajando para frenar la aparición y propagación de la leishmaniasis y mejorar la prevención en las zonas fronterizas. El Dr. Oscar Daniel Salomón, Director del Instituto Nacional de Medicina Tropical con sede en Misiones, Argentina, lidera el proyecto.
EscucheEl tipo de insecto
La Leishmaniasis, es una enfermedad transmitida por un insecto muy pequeño, la mitad del tamaño de un mosquito, dice el Dr Salomón, para que uno pueda tener una buena idea del bicho. Es un flebótomo que se alimenta de sangre.

“Pero a diferencia de lo que estamos acostumbrados a escuchar en todas las campañas de dengue, de zika, estos insectos no se crían en agua sino en tierra húmeda y rica en detritus orgánicos”.
Esos insectos transmiten dos enfermedades relacionadas entre sí.
Una es la leishmaniasis cutánea (infecciones de la piel) y la otra llamada visceral, la más grave de la enfermedad.
“La leishmaniasis visceral es un insecto que logró urbanizarse en los últimos años y se lo encuentra en los patios de las casas, no dentro. Mientras que el responsable de la leishmaniasis cutánea, que es otra manifestación clínica diferente, se encuentra con frecuencia en los bordes de deforestación en las áreas rurales ».
Las diferencias entre las dos leishmaniasis
« Los dos tipos de esta enfermedad son transmitidos por parásitos muy emparentados entre sí. La cutánea se manifiesta con úlceras en la piel que pueden generar discapacidad cuando se extiende a las mucosas en la cara o infecciones que generan brotes importantes.
La visceral que ataca a los órganos vitales internos, especialmente bazo e hígado tiene un desenlace mucho más letal si no es tratada. Y con dos problemas adicionales. Uno: que se ha urbanizado en los últimos 10 a 20 años, la tenemos hoy en las ciudades, y dos: que tiene como reservorio, el perro doméstico.
Eso incluye un actor muy importante en nuestras sociedades que son las mascotas urbanas, lo que genera todo un tema de salud pública. Que obliga a hacer un nuevo enfoque y un nuevo trabajo”.
La cadena de transmisión
Se da del insecto al perro, del perro al insecto y del insecto al humano.
“El perro se infecta por un insecto. Y mantiene los parásitos circulando. Es un depósito, por eso se le llama reservorio de parásitos. El insecto, al picarlo al perro puede luego picar a un humano y le transmite la enfermedad. Lo que pasa que los humanos no pueden ser fuente de los parásitos, con muy poca probabilidad. Entonces normalmente los parásitos están circulando porque están los perros infectados alrededor”.
Los tres países más dos
¿Cuál es el diagnóstico que el equipo de investigación hace sobre esta enfermedad? ¿Es lo mismo en todos los países? ¿Existe una prevalencia de la cutánea o de la visceral?
Además de Brasil, Argentina y Paraguay, se incorporó también al proyecto Uruguay, un año después. Y también se desarrolló un pequeño trabajo entre la frontera Argentina-Bolivia. Son entonces fronteras que incluyen a cinco países, señala el responsable de la investigación.
“La leishmaniasis cutánea que aparece como brotes epidémicos normalmente está asociada a deforestaciones y hoy el problema está fundamentalmente en algunos lugares en Argentina, en Bolivia y en menor proporción en Paraguay y Brasil. En el caso de la visceral es de muy reciente introducción en la zona. Apareció recién en la década del 2000 en la zona y se está expandiendo. Y una de las cosas que más nos interesaba entender justamente cómo es esta expansión. Durante el proyecto aparece el insecto que la transmite en Uruguay y el insecto que la transmite en la frontera de Bolivia y por eso se incorporaron los países.
Lo que estamos viendo son justamente las similitudes y diferencias entre la transmisión de la enfermedad, los factores que ayudan a que esas enfermedades estén o se dispersen, y las diferencias que hay culturales y del sistema de salud entre los tres países. Para entender en una forma mucho más integral el problema desde el punto de vista no solamente de modificación del ambiente y de los vectores y de los reservorios y de la clínica sino también desde el aspecto de las ciencias sociales”.
Cada año se producen más de dos millones de nuevos casos. ¿Por qué se escucha tan poco sobre esta enfermedad?
« Hay enfermedades que tienen un gran impacto ante la opinión pública, otras son más silenciosas dice el Dr Salomón. Cuando hay un brote epidémico adquiere mayor importancia, como ocurrió en el caso de la leishmaniasis cutánea que se la asoció a los conflictos sociales que ocurrieron en Medio Oriente y África. Tuvimos brotes muy grandes y hubo alertas en los sistemas de salud. Muchas de estas enfermedades reciben atención cuando llegan a ciudades muy importantes y alguna forma cambia en el perfil de las personas expuestas tienen mayor visibilidad ».
La prevención
Hay vacunas experimentales pero que hasta ahora no han demostrado tener un impacto en disminuir la presencia de la enfermedad.
“Estamos con el sistema de salud, con el sistema asistencial de salud, sensibilizamos al área, porque el área no tenía experiencia en leishmaniasis visceral. Estoy hablando de todos los países en general. Para que el diagnóstico tanto canino como humano, sea lo más rápido posible y que el sistema esté más sensibilizad para que el tratamiento sea lo más temprano y lo más adecuado posible. Con referentes tanto para tratamientos como para el diagnóstico en la zona y fuera de la zona.”

El apoyo del Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional,CRDI.
Duración del proyecto y la etapa en la que se encuentran
« El proyecto, con ayuda canadiense, empezó en el año 2014, y estamos en la primera etapa analizando los datos de los países para poder llegar a una conclusión conjunta. Esperamos tener a mitad de este año las primeras recomendaciones para saber cómo enfocar la vigilancia y la intervención de estas enfermedades en la región y cómo ese conocimiento puede ayudar para otras regiones donde recién aparece el problema para identificar rápidamente donde tienen que intensificar la vigilancia. Para identificar estos sitios no solamente están los indicadores usuales que son los indicadores de clima, de ambiente, sino que cada vez estamos incluyendo indicadores de percepción de las personas porque es indudable que la no percepción de un riesgo incrementa el riesgo”.
Las cifras de la leishmaniasis según la OMS
– 98 países donde la enfermedad es endémica
– 1,3 millones de nuevos casos cada año
– 20 000 a 30 000 muertes
– 350 millones de personas en situación de riesgo
– 90% de los casos de leishmaniasis visceral se enumeran en Bangladesh, Brasil, Etiopía, India, Sudán y Sudán del Sur
– 95% de los casos de leishmaniasis cutánea se producen en las Américas, la cuenca del Mediterráneo, Oriente Medio y Asia Central
– 20 especies de parásitos del tipo leishmania
– 90 especies de flebótomos vectores
«Desde la deforestación para la leishmaniasis cutánea a la tenencia de animales domésticos para su forma visceral; desde los cambios de uso de la tierra y del agua hasta los movimientos de población, pasando por el manejo de los patios de las viviendas, la gente ha precipitado la adaptación de vectores silvestres al medio doméstico, ha incorporado sangre humana y de animales domésticos a la dieta del insecto, y ha proporcionado nuevos reservorios para el parásito »
Esto y mucho más en la conversación del Dr. Oscar Daniel Salomón con Leonora Chapman, Radio Canadá Internacional.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.