Lo que es importante tomar en cuenta es que el abuso crónico de alcohol es la causa principal de la demencia entre los más jóvenes. Es decir, entre las personas menores de 65 años. Y eso es grave. Cuando se habla de demencia se habla de pérdida importante de la capacidad intelectual, cognitiva, que se van a parecer a la enfermedad de Alzheimer aunque no haya ningún lazo con esa enfermedad”.
– Dave Ellemberg , neuropsicólogo, Universidad de Montreal
La demencia alcohólica, también llamada síndrome de Wernicke-Korsakoff, está causada por un consumo prolongado y abusivo de alcohol.
Suele iniciarse a partir de los 50 años de edad, aunque al haberse adelantado la edad de inicio en el consumo de alcohol (en torno a los 13-14 años) se pueden ver casos que debutan alrededor de los 30 años.
A pesar de existir diferencias en la tolerancia de una persona a otra, los efectos del alcohol sobre las funciones mentales y sobre el comportamiento se manifiesta ya con pequeñas dosis: dos vasos para un hombre, 1 y medio para una mujer, ambos de contextura media.
Se producen cambios sutiles a nivel de la coordinación, hay euforia. Pero si se agregan otros dos vasos, la capacidad de discernimiento se ve alterada, la visión también se ve afectada. Se sienten cada vez más torpes. Pero se sigue y se alcanza una tasa de alcohol de 3%. ¿Qué pasa allí?
“Se puede tener una pérdida de memoria, pérdida de sensaciones, anestesia, y con unos vasos más se puede caer en el coma etílico, es decir pérdida de conocimiento” dice el Dr. Dave Ellemberg , neuropsicólogo de la Universidad de Montreal
¿Porque esos cambios en el cerebro?
El alcohol hace su trabajo en el cerebro.
“El alcohol tiene un efecto de depresión, inhibidor sobre el cerebro. También estimula la dopamina, la molécula que es parte de nuestro sistema de recompensa. Pero a la larga el efecto inhibidor va a generalizarse sobre el conjunto de las funciones cerebrales. También afecta la motricidad y la coordinación. Aquí, dice el médico, se habla de una docena de vasos de alcohol.
El problema es cuando se trata de un consumo regular. Cotidiano. 5 vasos por día. Pero también están los excesos.
El Binge drinking
El beber rápidamente, o binge drinking, se caracteriza por la ingestión rápida de grandes cantidades de alcohol. Además de los efectos de larga duración, puede ser peligroso cuando causa un paro respiratorio, mareos, inconsciencia y coma alcohólico.
“Se escucha hablar de esto entre los más jóvenes. Hay que saber que el binge drinking va a afectar a entre 20 y 40% de los adolescentes así como a estudiantes de entre 18 y 25 años. Es considerado como el tipo de abuso más corriente”.
25% de hombres y 13% de mujeres mayores de 25 años practican en Canadá el consumo binge drinking en promedio unas 4 veces por mes.
El impacto sobre el cerebro
“Los estudios de imágenes indican que incluso después de 1 binge va a haber un impacto y a la larga se advierte que hay un aumento del volumen cerebral. Desgraciadamente es una demostración objetiva de la neuro inflamación que afecta las capacidades cerebrales, principalmente en la región frontal.
Es decir, la memoria del trabajo, la manipulación de la información en su cabeza, la organización y gestión de la información pueden verse afectadas después de ese binge drinking señala Dave Ellemberg.
El problema, dice, es que aún después de un período de abstinencia, los efectos persisten.
Signos de alerta
Pérdida de control de los movimientos, dificultad a articular, a expresarse, vómitos violentos. “Evitar adormecerse porque es a menudo durante el período de adormecimiento que la persona va a perder conocimiento y eso pasará desapercibido”.
Edades más tempranas
El alcoholismo afecta a 30% de los hombres, 20% de mujeres, 20% de estudiantes universitarios y 5% de adolescentes. Son cifras médicas norteamericanas.
Provoca pérdidas de neuronas y disminución en la creación de nuevas en algunas regiones del cerebro que están implicadas en la capacidad de guardar nuevos recuerdos. Eso tiene impacto sobre las capacidades mentales.
“Lo que es importante tomar en cuenta es que el abuso crónico de alcohol es la causa principal de la demencia entre los más jóvenes. Es decir, entre las personas menores de 65 años. Y eso es grave. Cuando se habla de demencia se habla de pérdida importante de la capacidad intelectual, cognitiva, que se van a parecer a la enfermedad de Alzheimer aunque no haya ningún lazo con esa enfermedad”.
¿Es posible revertir la situación y recuperar las capacidades perdidas?
Para la gente que está en esa situación, existe una esperanza, dice el Dr. Dave Ellemberg. Porque la demencia ligada al alcohol es la única que es, en parte, reversible.
No hay que bajar los brazos y pensar que el mal está hecho. Continuaré entonces bebiendo. Al contrario dice con firmeza el psiconeurólogo.
“Hay estudios que nos indican que las personas que decidan practicar la abstinencia de 1 a 8 años después de un consumo crónico, tendrán un cierto aumento o regreso del volumen cerebral, tanto a nivel de la materia gris como la blanca, lo que permitirá mejorar las funciones cognitivas.
Es importante entonces reflexionar sobre esto y saber que se puede hacer algo al respecto.
Y cuanto más precozmente sea detectada la demencia alcohólica, mayores son las posibilidades de recuperación.
RCI/Internet
La entrevista con el neuropsicólogo Dave Ellemberg fue realizada por Sophie-Andrée Blondin/Les éclaireurs
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