La industria forestal de Canadá fue golpeada este martes con la imposición, por parte de Estados Unidos, de derechos compensatorios provisionales a las exportaciones de madera blanda destinadas al país vecino.
Esto después de que una investigación del Departamento de Comercio estadounidense concluyó, una vez más, que las importaciones de madera blanda canadiense son injustamente subvencionadas.
Se estima que las importaciones canadienses de madera serán sometidas a nuevas tarifas que van de un 3 a un 24 por ciento a partir de la próxima semana.
La imposición de derechos compensatorios es utilizada para nivelar el terreno de los intercambios cuando un país cree que un producto exportado por otro país es injustamente subvencionado.
La industria maderera estadounidense se queja desde hace décadas de que debido a que la madera canadiense es talada en territorios que le pertenecen al gobierno, la forma en que los gobiernos provinciales administran y fijan los precios para los árboles talados da como resultado una madera blanda más barata.
«El fallo de hoy confirma que los aserraderos canadienses son subvencionados por su gobierno y se benefician de políticas de precios de la madera y otros subsidios que perjudicar a los productores y trabajadores madereros en Estados Unidos», dijo en un comunicado Cameron Krauss, responsable legal de la Coalición estadounidense de la madera de construcción y vicepresidente del Aserradero Seneca en Oregon.
Ottawa rechazó vigorosamente los argumentos estadounidenses. «El gobierno de Canadá está en total desacuerdo con la decisión del Departamento de Comercio estadounidense de imponer un impuesto injusto y punitivo», dijo una declaración conjunta publicada por el ministro de Recursos Naturales, Jim Carr, y la ministra de Relaciones Exteriores Chrystia Freeland. «Las acusaciones estadounidenses carecen de fundamento y no tienen mérito», dijeron los responsables canadienses
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