Emmanuel Macron, un ex banquero que defiende la integración europea, fue elegido presidente de Francia este domingo en Francia, derrotando contundentemente a la nacionalista xenófoba de extrema derecha, Marine Le Pen. El euro resultó fortalecido tras la faena electoral.
La clara victoria del centrista, que de paso acabó con el dominio de los principales partidos políticos franceses, quitó el espanto a los aliados europeos que temían otro triunfo populista tras el referendo del año pasado en Gran Bretaña, que desembocó en el Brexit y la llegada del bombástico Donald Trump a la Casa Blanca.
Con casi todos los votos escrutados, Macron recibió más del 66 por ciento de los sufragios frente a algo menos del 34 por ciento para Le Pen, una brecha más amplia que los 20 o un poco más puntos porcentuales previstos en las encuestas preelectorales.
Esta derrota fue a la vez un avance histórico para el Frente Nacional de Le Pen, un partido cuyas políticas antiinmigración lo habían convertido hasta hace poco en un paria de la política francesa. El resultado mostró la gravedad de la polarización política en Francia, que Macron tendrá que enfrentar.
Tras ganar en la primera ronda hace dos semanas, Macron fue acusado de actuar como si ya fuera presidente. El domingo por la noche, con la victoria final en las manos, el candidato fue mucho más solemne.
«Conozco las divisiones en nuestra nación, lo que llevó a algunos a votar por los partidos extremistas. Los respeto», dijo Macron, de 39 años, en un discurso en la sede de su campaña, transmitido en vivo por televisión.
«Sé sobre el enojo, la ansiedad, las dudas que muchos de ustedes también expresaron. Es mi responsabilidad escucharlos. Trabajaré para restablecer el vínculo entre Europa y sus pueblos, entre Europa y los ciudadanos», agregó.
El desafío inmediato de Macron, que renunció dos veces al gobierno del presidente Francois Hollande, será asegurar una mayoría en la elección parlamentaria del mes próximo para «En Marche!», su movimiento político que apenas tiene un año, a fin de poder implementar su programa de Gobierno.
El presidente saliente Hollande, quien llevó a Macron al mundo de la política, dijo que el resultado «confirma que una gran mayoría (…) quería unirse alrededor de los valores de la República y mostrar su compromiso con la Unión Europea».
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, dijo por su parte que estaba encantado por el resultado y Trump también tuvo que expresar sus felicitaciones.
El euro, cuya cotización fue aumentando en las últimas dos semanas a medida que se desvanecía la posibilidad de que Francia elegiría una presidenta antieuropea, superó los 1,10 dólares en las primeras operaciones en el mercado asiático y por primera vez desde las elecciones de Estados Unidos.
Macron, un ex banquero que por dos años ocupó el cargo de ministro de Economía de Hollande pero nunca había sido electo para cargos públicos, será el presidente más joven de Francia desde Napoleón Bonaparte.
Marine Le Pen, de 48 años, felicitó a Macron. Pero, en tono desafiante, invitó a las principales fuerzas opositoras a forjar una unión de «todos los patriotas» para constituir una «nueva fuerza política». Su votación fue casi el doble que la de su padre, Jean-Marie, el último candidato de ultraderecha en llegar a un balotaje, en el 2002, cuando fue derrotado por Jacques Chirac.
La principal mezquita de París dijo que la elección de Macron era una señal de reconciliación entre las religiones francesas y una esperanza para los musulmanes galos.
Por su lado, el ex candidato de izquierda, Jean-Luc Melenchon, advirtió que el próximo presidente planea una guerra contra el sistema social de Francia y llamó a sus votantes a movilizarse en las elecciones parlamentarias.
Por su lado, los principales sindicatos franceses lanzaron advertencias sobre la victoria y uno de los gremios convocó a una manifestación para el lunes.
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