Una franja de los jóvenes canadienses aventaja a sus pares de Estados Unidos en posibilidades de consumo.

Una franja de los jóvenes canadienses aventaja a sus pares de Estados Unidos en posibilidades de consumo.
Photo Credit: Mark Blinch

El «sueño americano» se mudó a Canadá

El famoso “sueño americano” que de manera tan estrecha se identifica con la bonanza posible que se hallaría a la vuelta de cada esquina en Estados Unidos, sería más fácil de lograr en Canadá.

Así lo sostiene un reciente estudio dado a conocer por Statistics Canada, la agencia canadiense de estadísticas, que indica que los jóvenes adultos canadienses, aquellos que se encuentran entre los 30 y poco más de 40 años de edad, podrían superar las expectativas económicas de sus progenitores con más facilidad que el mismo segmento de población estadounidense.

Según el relevamiento, aquellos canadienses que alcanzaron sus 30 a 40 años entre el año 2000 y la actualidad ganan mejores salarios que sus padres cuando estos se hallaban en ese etapa de sus vidas.

El dato, comprensible y casi lógico si se toman en cuenta el incremento progresivo de salarios, precios y costos en general, contradice una idea bastante difundida en Canadá, que indica que sobre todo aquellas personas que pertenecieron a la generación del llamado “baby boom” gozaron de una bonanza económica que las generaciones subsiguientes no pudieron alcanzar.

Resta saber si los hoy adolescentes podrán mantener el optimismo de las actuales generaciones intermedias.
Resta saber si los hoy adolescentes podrán mantener el optimismo de las actuales generaciones intermedias. © GI/Rich Lam

Cambio de tendencia

El mismo documento indica que hasta el año 1970 eran los jóvenes estadounidenses quienes con relativa facilidad, debido a sus buenos ingresos y movilidad salarial y laboral superaban, en algunos casos holgadamente, la situación financiera de sus padres.

La tendencia se modificó a partir de 1971, cuando la inestabilidad comenzó a golpear la economía de Estados Unidos, como un adelanto de lo que a fines del Siglo 20 y comienzos del 21 ocurriría con varios sectores locales, especialmente con la industria automotriz. A partir de ese momento, los salarios de los jóvenes estadounidenses y el poder adquisitivo de estos comenzaron a caer, si los comparamos con la situación de sus predecesores.

En Canadá, por el contrario el mismo período registró una relativa estabilidad salarial, con ingresos que poco cambiaron en su poder de compra entre una generación y otra.

La suba de los ingresos no ha beneficiado a todos por igual.
La suba de los ingresos no ha beneficiado a todos por igual. © CBC

En años más recientes, los jóvenes canadienses entre 30 y 40 años tomaron el relevo de sus pares del sur y pasaron a tener una situación financiera mucho más sólida que la de sus padres: en nuestros días los sueldos no sólo son más altos que en décadas anteriores, sino que también existen más posibilidades de financiamiento.

En base a la nueva estadística, entre el 59 y el 67 por ciento de los canadienses que superaron la barrera de los 30 años entre 2000 y 2014, tiene un ingreso familiar igual o superior al que tuvieron sus padres a esa edad. Por encima de los 40 años, esa diferencia se verifica entre el 61 al 67 por ciento de las personas.

Pros y contras

Pero no todas son rosas. La portavoz conservadora en tema de la familia, Karen Vecchio, estuvo de acuerdo en que los jóvenes de hoy “ganan más dinero, pero el costo de vida también ha subido mucho”.

Por su parte, Emilie Gauduchon-Campbell, vocera del ministro de Desarrollo Social Jean -Yves Duclos, sostuvo que «el estudio señala algo que el gobierno ya había dicho anteriormente: la movilidad en los ingresos en Canada ha sido fuerte durante décadas, pero también ha dado indicios de estancamiento«. La portavoz reiteró el compromiso del gobierno para asegurar iguales posibilidades de éxito a cada joven canadiense.

En efecto, son numerosos los especialistas que periódicamente hacen referencia a las dificultades que enfrentan en la actualidad las personas para poder satisfacer sus necesidades básicas. Las oportunidades económicas no parecen ser las mismas para todos y el acceso a un empleo remunerado estable no pasa por su mejor momento. La precariedad laboral va ganando terreno día a día y los beneficios sociales que por décadas se les reconocieron al trabajador y a su familia han sido afectados por las políticas de austeridad que aplican los diversos niveles de gobierno, en su afán por hacer frente al déficit fiscal.

La construcción, uno de los sectores más pujantes en Canadá, se encuentra en huelga en Quebec, en reclamo de mejores condiciones.
La construcción, uno de los sectores más pujantes en Canadá, se encuentra en huelga en Quebec, en reclamo de mejores condiciones. © Radio-Canada/Kim Vermette

Es cierto que en nuestros días es mucho más fácil que hace algunas décadas llegar a un salario de 2.000 o 3.000 dólares, o más. Pero cualquier persona puede corroborar con facilidad que la tendencia a la suba se registró también en el costo de la vivienda, la alimentación, la vestimenta, el transporte, el entretenimiento, etcétera.

A comienzos de la década del 2000 el litro de combustible en buena parte de Canadá rondaba los 60 a 70 centavos de dólar canadiense, muy por debajo de 1,15 o 1,20 dólares que se paga comúnmente en las estaciones de servicio de Montreal hoy.

Con excepción de los emprendimientos inmobiliarios sociales, resulta difícil poder alquilar un departamento modesto pero digno por los 500 dólares que se pagaban hace 10 años.

Si lo que se busca es comprar una vivienda, habrá que alejarse bastante de los centros urbanos para conseguir algo decoroso por debajo de los 300.000 dólares. En la década de 1970, viviendas similares estaban disponibles en el mercado por valores cercanos o inferiores a los 40.000 dólares.

Los vaivenes a los que se encuentran sometidos el mercado laboral y la economía, tanto en Canadá como en casi todo el mundo, amenazan cada jornada con convertir el “sueño americano” en pesadilla.

De allí los reclamos de diversos sectores para que se implementen políticas que aseguren la estabilidad laboral y los beneficios sociales para el conjunto de los trabajadores, de manera de asegurar, o al menos posibilitar, que el sueño alcance a todos.

Con datos de la agencia Canadian Press

Categorías: Economía
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