El papa Francisco recibirá en audiencia privada a obispos y cardenales de Venezuela, para analizar la crisis por la que atraviesa el país, según informó el propio Vaticano.
Cuatro obispos y dos cardenales, en representación de la conferencia episcopal de su país, se encontrarán con el sumo pontífice, al tiempo que una ola de manifestaciones, a favor y en contra del gobierno de Nicolás Maduro, se reiteran desde principios de abril en diversas zonas del país.
Las demostraciones, que frecuentemente derivan en violencia, dejaron hasta el momento un saldo de 65 muertos.
Según un comunicado difundido por la Conferencia Episcopal, el encuentro servirá para que los jerarcas religiosos le expresen su opinión al papa sobre la situación por la que atraviesa Venezuela.
La entidad ya se había pronunciado partidaria de la realización de elecciones generales y a la instauración de un corredor humanitario, como una forma de intentar cambiar el curso de la realidad.
La Santa Sede aclaró que el encuentro no es una iniciativa del jefe católico, sino un pedido de los religiosos venezolanos.
En abril último, el papa había dicho que estaba dispuesto a prestar sus servicios para intervenir como facilitador de un diálogo en el país sudamericano, pero “con condiciones claras”, rechazando cualquier intento de manipulación de su gestión por una u otra parte.
Sin embargo la coalición que reúne a la oposición rechazó retomar las conversaciones con Maduro, al no recibir las certezas de que sus condiciones para reiniciar las negociaciones serían respetadas.
El diálogo político entre gobierno y oposición había sido lanzado en octubre de 2016 bajo los auspicios del Vaticano y de la UNASUR, pero la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) interrumpió los contactos, acusando al gobierno de incumplir compromisos ya adquiridos en cuanto al calendario electoral y a la liberación de opositores políticos.
El gobierno sostiene, por su parte, que los opositores bloquean sistemáticamente cualquier intento de entendimiento, como una forma de esconder su incapacidad para imponer su voluntad en las urnas.
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