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Decreto migratorio de Trump, comercio bipartito y prudencia canadiense

La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de permitir, aunque de manera parcial, el decreto migratorio impulsado por la administración Trump ha puesto en alerta al gobierno canadiense.

Esa disposición tiene como objetivo principal limitar el ingreso a territorio estadounidense de personas originarias de 6 países donde la religión musulmana es mayoritaria. La medida podría afectar a ciudadanos y residentes permanentes canadienses nacidos en esas naciones.

Los alcanzados por la norma son personas originarias de Libia, Irán, Sudán, Siria, Yemen y Somalia.

El gobierno de Justin Trudeau busca obtener más precisiones sobre los alcances del fallo de la Corte estadounidense, preocupado por la posibilidad de que el mismo pueda significar un obstáculo para el desplazamiento de canadienses con doble ciudadanía.

El veto ya había producido caos y protestas en aeropuertos de Estados Unidos.
El veto ya había producido caos y protestas en aeropuertos de Estados Unidos. © BRYAN R. SMITH

El caos provocado meses atrás en los aeropuertos de Estados Unidos, cuando la norma comenzó a aplicarse antes que un tribunal de menor instancia la suspendiera, los casos de viajeros que fueron rechazados en los puestos de control fronterizo canado-estadounidense y la decisión de una escuela de Montreal de suspender un viaje de egresados, por temor a que algunos de sus estudiantes, de origen musulmán, no fueran admitidos por los agentes migratorios, agregan inquietud en las autoridades de Ottawa.

A pesar de ello, el ministerio canadiense de la Inmigración dijo que los detentores de doble ciudadanía no serán afectados por la norma, siempre que viajen con pasaporte canadiense.  En el caso de los residentes permanentes, según el ministerio no debería existir problema para las personas que cuenten con la documentación oficial que los acredite como residentes o que tengan una visa  estadounidenseválida.

Sin embargo, un vocero ministerial citó una tercera condición y es que el viajante sea considerado “admisible” por parte de las autoridades aduaneras estadounidenses, criterio de admisibilidad que ha demostrado ser difícil de precisar en más de una ocasión.

Los responsables del ministerio de Seguridad Interior canadiense examinan actualmente el fallo de la Corte junto a sus pares del departamento de Justicia de Estados Unidos, en un intento por clarificar los criterios con los que la norma será aplicada y poder de esa forma diseñar e instrumentar directivas claras para los viajeros canadienses.

Frontea entre Canadá y Estados Unidos, una de las más extensas del mundo.
Frontea entre Canadá y Estados Unidos, una de las más extensas del mundo. © DON EMMERT

Una vez más, y aunque parezca una obviedad, el gobierno canadiense aconseja a todas las personas que tengan como destino o vía de tránsito Estados Unidos que verifiquen sus papeles y se aseguren de cumplir las normas migratorias vigentes en ese país. El recordatorio no está de más, cuando se toma en cuenta que es frecuente que muchas personas crean que no hay requisito alguno para atravesar la frontera entre Canadá y Estados Unidos e, incluso, hay quienes piensan que se puede viajar entre uno y otro territorio sin necesidad de un pasaporte.

El decreto migratorio, que constituye una victoria política para el presidente Trump, debería entrar en vigor hacia fines de la presente semana, aunque un análisis extenso de la norma por parte de la Corte Suprema estadounidense está previsto para el mes de octubre, después del receso impuesto por el período estival.

Hasta el momento, el gobierno Trudeau ha intentado agitar las aguas lo menos posible, en su relación con la administración Trump.

La madera para la construcción pone a prueba la habilidad negociadora de Canadá.
La madera para la construcción pone a prueba la habilidad negociadora de Canadá. ©  Radio-Canada/Francis Labbé

Visiones distintas, comercio compartido

Los estilos divergentes de uno y otro mandatario marcan lineamientos políticos bien diferenciados, pero los vínculos comerciales entre ambas naciones hacen que dichas diferencias deban ser tratadas con prudencia.

La decisión de Washington de imponer restricciones comerciales que afectan, por ejemplo, a las ventas de madera para la construcción canadiense, ya han producido roces que Ottawa quiere evitar; la inquietud ya se ha manifestado entre las empresas del sector de uno y otro lado de la frontera: una imposición de aranceles elevaría los costos.

Otra prueba de la orientación opuesta en las filosofías políticas de uno y otro líder lo constituye el cambio climático, tema del que las autoridades canadienses han hecho una de sus prioridades, al tiempo que el ocupante de la Casa Blanca se obstina en negar su existencia.

La prudencia con la que Ottawa encara su relación con Washington no es vista con buenos ojos por todos. La oposición reclama al primer ministro Trudeau y a sus funcionarios una actitud más enérgica frente a algunas políticas del gobierno republicano.

Exportaciones (azul) e importaciones (celeste) canadienses con Estados Unidos en miles de millones de dólares.
Exportaciones (azul) e importaciones (celeste) canadienses con Estados Unidos en miles de millones de dólares. © Statistics Canada

En relación al decreto migratorio, por ejemplo, el vocero en la materia del NDP, el opositor Nuevo Partido Democrático, reclamó más energía por parte de los dirigentes liberales para defender los derechos de las personas y oponerse a políticas que ponen en riesgo la vida de las mismas.

La prueba más difícil para la relación entre ambos países se manifiesta en la decisión de Trump de impulsar una renegociación integral del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, conocido por sus siglas en inglés NAFTA.

Ese acuerdo, que incluye como tercer miembro a México, rige hasta hoy las relaciones comerciales entre sus miembros.

Según cifras de la agencia canadiense de estadísticas, el intercambio comercial entre ambas naciones se ubicó en 2014 cercano a los 700 mil millones de dólares.

Según un estudio del banco español Santander, l 80 por ciento del comercio exterior canadiense tiene como destino a Estados Unidos, dato que toman en cuenta en Ottawa a la hora de decidir el tono de las negociaciones con su principal socio comercial.

Trudeau y Trump, dos maneras de ver la política.
Trudeau y Trump, dos maneras de ver la política. © Philippe Wojazer
Categorías: Política
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