La Corte Suprema de justicia de Colombia libro excepcionalmente un recurso de “habeas corpus” en beneficio de un animal.
Un oso que se encuentra cautivo en un zoológico, deberá ser liberado en la reserva donde vivió originalmente, según dispuso el dictamen judicial.
El animal, conocido con el nombre de Chucho, habitó durante 18 años la reserva Río Blanco, cerca de Manizales, en el centro oeste del país, y fue transferido en junio último al zoológico de Barranquilla, situado en la costa del Caribe, donde el clima es tropical, afectando la salud y bienestar del animal.
“La mejor solución para defender los derechos de Chuco era presentar un habeas corpus”, dijo Domingo Gómez Maldonado, abogado responsable de la presentación hecha ante la Corte.
En su dictamen, el tribunal precisó que decidió “conceder la protección requerida” por el letrado.
Según Maldonado, al animal ha pasado la mayor parte de su vida en cautiverio, en la reserva próxima a Manizales, pero en Barranquilla se encuentra en situación de encierro total y “en condiciones climáticas que no son aptas para su especie”.
La directora del zoológico, Farah Ajami, deploró la decisión de los jueces, a la que calificó de deplorable y sostuvo que “los animales se benefician de la protección animal y eso no significa que son sujeto de derecho”.
Ajami agregó que se siguen criterios erróneos al conceder el habeas corpus a un animal, ya que ese recurso tiene como objetivo primordial garantizar la libertad de las personas.
La Corte no fijó todavía la fecha en la que el oso deberá ser retornado a Río Blanco.
El animal nació en otra reserva cerca de Pasto, en el sur colombiano, que posee clima frío, antes der ser enviado a Manizales y a Barranquilla, donde la temperatura supera fácilmente los 27 grados Centígrados.
Un caso similar se produjo en Argentina tiempo atrás, cuando una chimpancé enfermó en su jaula de un zoológico. En ese momento, las autoridades argentinas decidieron otorgarle el beneficio del habeas corpus al animal, que fue trasladado a una reserva en Brasil.
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