El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso comunicó este viernes a Estados Unidos tiene hasta el 1 de septiembre para reducir su personal diplomático en Rusia a 455 personas, el mismo número de diplomáticos rusos en territorio estadounidense tras la expulsión de 35 diplomáticos rusos en diciembre.
Rusia también anunció la incautación de propiedades diplomáticas estadounidenses en represalia por lo que calificó como sanciones ilegales de parte de Washington contra Rusia.
La respuesta rusa, hecha pública por el Ministerio de Relaciones Exteriores, se produjo al día siguiente de un voto en el Senado estadounidense en favor de nuevas sanciones contra Moscú, dejando al presidente Donald Trump en una difícil posición al obligarle a adoptar una posición dura contra Rusia o vetar la legislación y enfrentarse a su propio Partido Republicano.
La agencia de noticias RIA citó una fuente que señaló que Estados Unidos tendrá que reducir su personal diplomático en unas 200 a 300 personas. El embajador de Estados Unidos en Moscú, John Tefft, «expresó su gran decepción y protesta» por la decisión, según un funcionario del Departamento de Estado.
El presidente Vladimir Putin había advertido el jueves que hasta el momento Rusia había demostrado mesura y paciencia, pero que en algún momento el Kremlin tendría que tomar represalias contra lo que describió como un comportamiento grosero e irracional de parte de Estados Unidos.
Las relaciones entre ambos países, que ya se hallaban a niveles mínimos desde el fin de la Guerra Fría, se deterioraron aún más después de que las agencias de inteligencia estadounidenses acusaron a Rusia de intentar interferir en la elección presidencial de 2016, algo que Moscú niega tajantemente.
En un comunicado, Rusia señaló que la decisión del Congreso de imponer nuevas sanciones confirmó «la extrema agresión de Estados Unidos en los asuntos internacionales. Al esconderse detrás de su ‘excepcionalidad’, Estados Unidos ignora de forma arrogante las posiciones e intereses de otros países».
Asimismo, Rusia señaló que «bajo el pretexto absolutamente inventado de la interferencia rusa en sus asuntos domésticos, Estados Unidos está aprobando agresivamente, una detrás de otra, duras acciones anti-rusas. Todo esto atenta contra los principios de la ley internacional».
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