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Ya no se puede negar más el recalentamiento del planeta dice investigador canadiense

¿El hallazgo principal? Que la temperatura del planeta estaba disminuyendo en los últimos 2.000 años, hasta hace 150 años, cuando esa tendencia dio un giro, y las temperaturas comenzaron a aumentar rápidamente.

Un investigador canadiense es parte de un nuevo estudio que muestra que es «prácticamente imposible» negar el cambio climático

Nueva base de datos muestra registros de temperatura que se remontan hasta hace 2.000 años

David Sauchyn, investigador de la Universidad de Regina, tiene una sección transversal de un árbol, mostrando sus anillos de crecimiento, que proporcionan un registro de agua disponible en la Cuenca de Athabasca a lo largo de los años. © (Cortesía de David Sauchyn)

98 científicos de todo el mundo están participando en un nuevo estudio que muestra que el planeta se está calentando cada vez más, incluyendo a David Sauchyn, profesor del Departamento de Geografía y Estudios Ambientales de la Universidad de Regina

Es uno de los pocos canadienses cuya investigación sobre el clima se ha utilizado para crear una base de datos internacional de registros históricos de temperatura -algunos que datan de 2000 años- para que los científicos pudieran tener una mejor idea de cuál era la temperatura natural de la Tierra antes de que los humanos comenzaran a quemar combustibles fósiles.

«Los datos muestran claramente una tendencia de enfriamiento a largo plazo hasta el siglo XIX, que luego es seguido por un fuerte calentamiento. Este reciente calentamiento rápido es consistente con el gran cuerpo de evidencia científica del calentamiento global antropogénico. La importancia de nuestro estudio es que hemos sido capaces de colocar el calentamiento global y las observaciones meteorológicas recientes, en el contexto de los últimos 2000 años «, explica Sauchyn.

«Simplemente se suma al gran cuerpo de hechos científicos que confirman, que verifican, que el clima se está calentando a un promedio inusual», dijo sobre el estudio.

«No hemos descubierto nada nuevo, es sólo que presentamos un conjunto tan concluyente de hechos que es prácticamente imposible discutir cualquier otra cosa».

La base de datos fue publicada en un diario en línea que permite el acceso abierto a los datos que se consideran importantes para la ciencia. Se creó como parte de una iniciativa de investigación global sobre las tendencias climáticas.

Mirando más allá del tiempo

A diferencia de otros estudios que usan las condiciones meteorológicas  para estudiar el clima, éste lo examina observando la vida natural, como el crecimiento de minerales o corales, o en el caso de Sauchyn, el crecimiento de los árboles.

«Todos estos fenómenos naturales son sensibles a la temperatura y así podemos determinar realmente cuál era la temperatura cuando estas cosas estaban creciendo hace 2.000 años o hace 1.000 años», explicó.

Sauchyn le dijo al difusor público CBC que se le pidió participar porque durante los últimos 25 años, él y los estudiantes han recogido madera de todas las provincias de las Praderas.

Como resultado de ese trabajo, Sauchyn fue capaz de proporcionar registros de temperatura sobre dos sitios, en las Montañas Rocosas canadienses, desde hace más de 600 años.

La base de datos incluye 692 de estos registros de temperatura de 648 sitios en todo el mundo, incluyendo los océanos.

Dijo que estudios similares de esta naturaleza se han hecho en el pasado, pero nada en esta escala.

Lo que revelan los árboles en las Rocosas

David Sauchyn ayudó con la investigación y la escritura de los hallazgos que fueron publicados en la revista Nature Scientific Data el 11 de julio de 2017.

«Además de ayudar con la redacción del artículo en Nature Scientific Data, contribuí con datos de anillos de árboles que mi asistente de investigación y yo reunimos de dos lugares en las Montañas Rocosas. En estas alturas, el crecimiento anual de los árboles está limitado por la disponibilidad de calor, y por lo tanto las anchuras de los anillos de los árboles están directamente relacionadas con las temperaturas de la estación de crecimiento. Algunos de los árboles tenían más de 500 años de antigüedad.

Los anillos en los árboles dicen mucho más que sólo la edad del árbol, porque los árboles crecen a menudo más en años más cálidos que en años más frescos, creando los anillos de diversas anchuras dependiendo del tiempo que encuentran.

Sauchyn ha estado recolectando muestras de árboles durante años, como parte de su investigación sobre el cambio climático.

«En nuestro laboratorio Tree-Ring en la Universidad de Regina tenemos más de 6.000 muestras de madera vieja. Nos ha llevado a mis estudiantes de posgrado y a mí unos 25 años recoger esta madera y extraer información sobre el clima anual del pasado milenio. Pero este esfuerzo ha dado resultado ya que somos capaces de reconstruir el clima pasado de las praderas canadienses y contribuir a los estudios globales sobre el cambio climático”.

Los registros de 648 sitios de temperatura fueron recogidos de los que formaron la base de datos. (Una base de datos multiproxy global para reconstrucciones de la temperatura de la Era Común)

Más datos, mejores conclusiones

Sauchyn explicó que sólo observar el clima estudiando las temperaturas no es suficiente.

«Las estaciones meteorológicas sólo han existido en todo el mundo desde alrededor de 1880, por lo que sólo tenemos unos 140 años de datos meteorológicos, que para una persona promedio suena mucho, pero para la temperatura y el clima son mucho, mucho más antiguos».

Otro problema es que con el tiempo los humanos comenzaron a quemar carbón y petróleo.

«Hemos estado midiendo el clima durante el período en el que los humanos lo han estado modificando, por lo que al regresar hace 2000 años podemos ver un registro de la temperatura antes de que los seres humanos tuvieran un impacto tan profundo en nuestro clima».

Pero gracias a la nueva base de datos, los científicos ahora pueden tener una mejor comprensión de lo que el clima de la Tierra estaba haciendo naturalmente – mucho antes de que la gente estuviera quemando combustibles fósiles.

«Cuantos más datos, mejor porque más sólidas son sus conclusiones», explicó.

RCI-Universidad de Regina-CBC

Categorías: Internacional, Medioambiente y vida animal
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