El bombástico presidente Donald Trump afirmó en un discurso este lunes que Estados Unidos continuará la guerra Afganistán, incumpliendo sus promesas electorales y señalando que enviará otros 4.000 soldados a la guerra más larga en la historia de su país.
En un discurso que ofreció pocos detalles, Trump prometió una intensa campaña militar contra la resistencia a las fuerzas invasoras y los insurgentes talibanes que han ganado terreno contra las fuerzas del Gobierno afgano sostenido por Washington.
Trump también criticó a Pakistán por albergar a combatientes afganos en refugios seguros en su territorio.
«No estamos construyendo una nación. Estamos matando a terroristas», dijo en un discurso transmitido por televisión en el horario de mayor audiencia desde una base militar en las afueras de Washington.
El movimiento Talibán condenó rápidamente la decisión de Trump de mantener tropas estadounidenses en suelo afgano sin un cronograma de retirada, prometiendo continuar su lucha hasta que todos los soldados de ese país sean expulsados de Afganistán.
«Si Estados Unidos no retira todas sus fuerzas de Afganistán, convertiremos a este país en el cementerio del siglo XXI para el imperio estadounidense», dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid en un comunicado.
Trump se postuló a la presidencia pidiendo una rápida retirada de las fuerzas de su país desde Afganistán y reconoció el lunes que iba en contra de sus instintos al aprobar el nuevo plan de campaña que buscan sus asesores militares.
«Las consecuencias de una salida rápida son predecibles e inaceptables», sostuvo. «Una retirada precipitada crearía un vacío que los terroristas, incluyendo Estados Islámico y al Qaeda, llenarían instantáneamente», agregó.
El mandatario republicano, que había criticado a sus predecesores por fijar plazos para la salida de las tropas desde Irak y Afganistán, declinó establecer un cronograma sobre las operaciones militares ampliadas de Estados Unidos en Afganistán.
Con esta decisión, Trump hereda los mismos desafíos que George W. Bush y Barack Obama, incluyendo una persistente insurgencia talibán y un gobierno débil y dividido en Kabul.
Funcionarios estadounidenses dijeron que Trump aprobó los planes del secretario de Defensa, James Mattis, de enviar otros 4.000 soldados, que se sumarán a los 8.400 que se encuentran actualmente desplegados en suelo afgano.
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